viernes, 31 de agosto de 2012

jueves, 30 de agosto de 2012

CANCIÓN AL PRESIDENTE.(Luis Aguilé )


El artista argentino, de 73 años, estaba internado en una clínica de Madrid a raíz de la grave enfermedad que padecía. Vivía en España desde 1963.
El cantante argentino Luis Aguilé, radicado en España desde hacía varias décadas, murió a los 73 años en el hospital de Madrid en el que estaba internado a raíz de la enfermedad terminal que padecía.
Aguilé nació bajo el nombre de Luis María Aguilera Picca en febrero de 1936.
 Llevaba cuarenta años radicado en España, adonde llegó en 1963 tras hacerse famoso 
con su música en Latinoamérica, donde había grabado su primer disco a los veinte años.
 A lo largo de su carrera compuso alrededor de unos 400 temas.
Sus trajes y sus corbatas coloridas y con estampados imposibles, junto a su buen humor, contribuyeron a hacer de él uno de los personajes más populares de la España
 de los años 60 donde haría famosas canciones como “La Chatunga”, “Con amor o sin amor”,
 “El tío Calambres” o “Juanita Banana”.
El cantante también fue actor y presentador de programas de televisión, además de escritor.
 Al momento de su muerte, Aguilé estaba trabajando en dos proyectos: un homenaje a José Hernández y la zarzuela Viva Madrid.
 
 http://www.youtube.com/v/a8VLXlFpyzs&hl=es_ES&feature=player_embedded&version=3


 Gracias Olga Beatriz Pomesano por compartir.
Un abrazo.
 

miércoles, 29 de agosto de 2012

DES IDENTIFICARSE.


En cuanto metes tu yo...  ¡se desencadenan los problemas!
«Dios me concedió el don de des identificarme de mí misma y de poder ver las cosas desde fuera» ─dijo Santa Teresa.
Quien tenga esta capacidad, posee un gran don, pues la raíz de todos los problemas y el mayor obstáculo que se interpone entre la persona que quiere superarse y el objetivo que pretende alcanzar, es el yo. Des identificarse significa no vernos afectados por lo que está ocurriendo, vivir las cosas como si le sucedieran a otro; pues, en cuanto metemos nuestro yo en cualquier interacción personal, en cualquier situación, tenemos que prepararnos para sufrir.
Vivir des identificados es vivir sin apegos, desconectados del ego, que es el que genera egoísmo, deseo y celos.
Por su causa, llegan a nuestra vida todos los conflictos.
Otra de las cosas que nos causa conflictos es creer que estamos en posesión de la verdad. Cada religión cree tener el monopolio la verdad, ser la única, la exclusiva.
Lo que sucede es que les causa temor reconocer que hay algo de verdad en cada una y en todas ellas.
Si viviéramos des identificados de nuestras creencias, no nos preocuparíamos por lo que tengan de acertado o por las grandes fallas que contengan.
Las creencias pueden cambiar. Lo esencial es que descubramos lo que hay dentro de nosotros, pues eso es lo que nos impulsa a buscarla verdad; porque, en última estancia, la verdad es de todos.
Necesitamos despertar. Y despertar significa que tenemos que darnos cuenta de que no somos lo que creemos ser. Esto es: necesitamos des identificarnos.
Y, ¿cómo se consigue esto?
Pues reflexionando sobre quién es el responsable de nuestras tribulaciones, ¿la forma en que estamos programados o todo lo que es exterior a nosotros?
Cuando uno se aflige, lo primero que se nos ocurre hacer es cambiar lo que hay en nuestro entorno para que se ajuste a nuestra programación, pues creemos que eso solucionará nuestros problemas.
Y como los conflictos siguen atosigándonos, la frustración viene a sumarse a nuestra aflicción y el problema no sólo no se resuelve, sino que se agranda.
Si el problema viene de la manera como programamos nuestra vida,
las cosas no van a mejorar si sólo cambiamos el exterior o esperamos que cambien los demás.
Lo que tenemos que hacer es desprogramarnos.
Configurar nuestra vida de acuerdo con otros criterios o, por lo menos, tratar de detectar con claridad de dónde vienen los problemas.
Si cambiamos nosotros y nos abrimos a la realidad, veremos cómo todo cambia a nuestro alrededor; pues es nuestra mente la que estaba equivocada.
Al cambiar la mente y aceptar la realidad como es, cambia nuestra manera de ver las cosas y nuestra forma de vivir y empezamos a llamar a cada objeto y a cada situación por su nombre.
Hay una frase que da mucha luz sobre este tema:
«No tienes que alfombrar toda la Tierra para que tu pie no se lastime;
basta con que uses un buen calzado».
Cuando te deshagas de tus alucinaciones, te darás cuenta de que la felicidad siempre estuvo en ti.
Fue cuando se metieron los miedos, los deseos, los mecanismos de defensa, cuando la felicidad se fue ahogando.

Darnos cuenta de esto es dar un gran paso.
Cuando las exigencias y los problemas saturan nuestra vida, no se puede amar, ni se puede encontrar, no digo la felicidad, ni tan siquiera un poco de tranquilidad.
Se la pasa uno defendiéndose de lo que creemos que nos está atacando.
En ese estado, lo que creemos que es amor es sólo egoísmo, afecto a nuestro ego, interés propio.
Nos sentimos tan mal y nos acosan tantos miedos, que sólo nos mirarnos a nosotros mismos, nos vigilamos con recelo porque, en verdad, tampoco nos amamos.
Si nos la pasamos poniéndonos condiciones a nosotros mismos, ¿cómo no vamos a ponérselas a los demás?
Amor es OBSERVAR SIN JUZGAR.
Amor es DAR.
Amor es generosidad, altruismo.
Lo que creemos que es amor es sólo un egoísmo refinado. Un sentimiento que utilizamos para darnos placer o para evitar sensaciones desagradables y sensaciones de culpabilidad o para esconder en él nuestro miedo al rechazo.
Como no queremos sufrir, entonces comerciamos con lo que llamamos amor.
El día que seamos capaces de ver las cosas como son y de llamar a los objetos y a los fenómenos por su propio nombre,
ese día comenzaremos a ver con cierta claridad.
No es que las acciones sean malas o sean buenas, todo depende de la madurez y de la cordura del que las realiza y del criterio y madurez de quien las observa.
En realidad, todas las acciones son una emanación del que las observa.
Extraído de la red .
Gracias Alberto Arriola Arciniega por compartir.
Un abrazo.




MI MADRE MI MEJOR AMIGA..


CAMBIAR TU VIDA.                          
MI MADRE, MI MEJOR AMIGA
  Dos amigos se encontraban tomando un café, y uno le comenta en tono de queja al otro:
* Mi mamá me llama mucho por teléfono a la oficina y solo para pedirme que vaya a conversar con ella, siempre la misma quejadera, que 'se siente sola'; la verdad yo voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser.

 Ya sabes cómo son los viejos: Cuentan las mismas cosas una y otra vez y sin mencionar de los achaques que estrena cada día; y bueno, como tu sabes nunca me faltan los compromisos: Que el trabajo, que los amigos, la Asociación…
En fin sabes cómo es, No?..........
El otro amigo se queda callado, y luego responde: Yo en cambio, converso mucho con mi mamá; cada vez que estoy triste, voy con ella; cuando me siento solo o cuando tengo un problema y necesito fortaleza, acudo a ella y ella me conforta, me da fortaleza, y siempre termino sintiéndome mejor.
Caramba - se apenó el otro - Eres mejor que yo.
 No lo creas, soy igual que tu, o al menos lo era, respondió el amigo con tristeza. En realidad visito a mi mamá en el cementerio.
Murió hace tiempo, pero mientras estuvo conmigo, tampoco yo iba a conversar con ella pensaba y sentía lo mismo que tú.
 Y no sabes cuanta falta me hace ahora su presencia, cuánto no daría por sentir las caricias que con tanto amor me prodigaba, y que rechazaba porque 'ya no era un niño'; ó cuánto me pesa no haber escuchado todos los consejos que me daba, cuando con torpeza le decía: 'Yo sé lo que hago', y por ello cometí muchos errores.
  Ay amigo, si supieras ahora como la busco, y ahora es mi mejor amiga.
Cuando sentado en la tierra fría del camposanto mirando solo su foto en el muro gris, en el que le puse 'te amo', (palabras que nunca escuchó de mis labios), le pido que me perdone por haber sido tan frío, por las veces que le mentí, y por los muchos besos que no le di, más el silencio me responde y cuando una brisa Acaricia mis mejillas, sé que ella me perdona.
-Mira con ojos empañados a su amigo y luego dice- Discúlpame este arranque, pero si de algo te sirve mi experiencia, Conversa con ella hoy que la tienes, valora su presencia resaltando sus virtudes que seguro posee, deja a un lado sus errores, que de una u otra forman parte de su ser. No esperes a que esté en un cementerio porque ahí la reflexión duele hasta el fondo del alma, porque entiendes que ya nunca podrás hacer lo que dejaste pendiente, será un hueco que nunca podrás llenar. No permitas que te pase lo que me pasó a mí.
En el camino, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó a la oficina, dijo a su secretaria: Comuníqueme por favor con mi madre, no me pase mas llamadas y también modifique mi agenda porque este día lo dedicaré a ella!.
¡¡No dejes pasar este día sin decir 'te amo'.
Gracias Raúl Carral Gálvez por compatir.
Un abrazo.