miércoles, 16 de abril de 2014

"YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA... "

                                                                             
        
 Yo soy el pan de la vida.
Yo soy el agua viva.
Yo soy la luz del mundo.
Yo soy el deseo de todos los tiempos.
Yo soy la puerta abierta a la salvación eterna.
Yo soy la realidad de la vida sin fin.
Yo soy el buen pastor.
Yo soy el sendero de la perfección infinita.
Yo soy la resurrección y la vida.
Yo soy el secreto de la supervivencia eterna.
Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Yo soy el Padre Infinito de mis hijos finitos.
Yo soy la verdadera vid; vosotros sois los sarmientos.
Yo soy la esperanza de todos los que conocen la verdad viva.
Yo soy el puente vivo que lleva desde la tierra al cielo.
Yo soy el nexo vivo entre el tiempo y la eternidad.


¡Feliz Pascua de Resurrección 

                                                                         
   

ERES TÚ, SEÑOR, QUE ENTRAS
A lomos de un asnillo, humildemente
y sin más pretensión que cumplir
la voluntad de Aquel que te sostiene.
Para celebrar tu pasión, muerte y resurrección
y, sufrir, llorar y morir
para que no lo hagamos por siempre nosotros

ERES TÚ, SEÑOR, QUE ENTRAS
Rodeado de música y de salmos
con palmas en las manos, vítores y aclamaciones
Porque, tus horas tristes, aunque sean grandes
hoy son anunciadas y publicadas de esta manera:
Siervo, entre los siervos
Pobre, entre los más pobres
Obediente, has la muerte
Dócil, en el camino hacia el madero
Fuerte, ante la debilidad de los que te rodean

ERES TÚ, SEÑOR, QUE ENTRAS
Sales al escenario de la Jerusalén
La ciudad que hoy te aclama
y, la urbe, que mañana te dará la espalda
La ciudad que hoy te bendice
y, el bullicio que mañana gritará: ¡crucifícale!
Avanzas por esa ciudad, Jerusalén,
que son las calles por las que nosotros caminamos:
encrucijadas de falsedades y de engaños
de verdades a medias que son grandes mentiras
de amistades y de traiciones
de fidelidades y de deserciones
de amigos que compran y se venden

ERES TÚ, SEÑOR, QUE ENTRAS
Porque sabes que, para ganar,
hay que saber perder
Porque con tu entrada triunfal en Jerusalén
nos invitas a dejarnos enterrar
para que en un amanecer despertemos a la eternidad
Porque, al ascender por nuestras calles
nos muestras que, en la cruz que te espera,
se encuentra multitud de respuestas
ante tantos interrogantes del hombre.
 (Paz y bien.

                                                    
                           Gracias Antonio Mario Alvarez Dieguez por compartir.
                                Un abrazo.
                                                                             
   



   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario!