Cargando el pasado..
Dos hombres iban caminando
por el campo, al acercarse a un río se encontraron con una mujer que quería
cruzar al otro lado, pero que no sabía cómo hacerlo, ya que no había ningún
puente. El primer hombre se ofreció amablemente: –Si quieres podemos llevarte
en brazos hasta el otro lado del río; y ella aceptó agradecida su ayuda.
Así que los dos hombres
entrelazaron sus manos, la levantaron y la llevaron hasta el otro lado del río.
Después de seguir sus caminos, uno de ellos de pronto se quejó amargamente;
–¡Mira mi ropa! –dijo. –Está toda sucia de barro por haber cruzado a esa mujer,
la espalda me duele y me siento muy cansado.
El otro hombre simplemente
sonrió y asintió con su cabeza. Más adelante, el segundo hombre se quejó
nuevamente, ya no puedo seguir adelante, me duele todo, todavía siento el
esfuerzo, dijo.
El primer hombre miró a su
compañero, que ya estaba en el suelo quejándose y le dijo:
–¿Te has preguntado por qué yo no me estoy quejando?, te lo diré: La espalda te duele, porque todavía estás llevando a la mujer en tus brazos, pero yo la bajé apenas cruzamos el río.
–¿Te has preguntado por qué yo no me estoy quejando?, te lo diré: La espalda te duele, porque todavía estás llevando a la mujer en tus brazos, pero yo la bajé apenas cruzamos el río.
Así es como somos nosotros.
Llevamos las cargas del pasado sobre nuestros hombros. Ponemos una caja llena
de odios, frustraciones, resentimientos, envidias, celos y muchísimas cosas más
que, con el pasar de los años, se hace más pesada, hasta que un día, como el
hombre de la historia, nos duele hasta el alma por el tremendo esfuerzo...
Gracias Catalina Vitale por compartir.
Un abrazo.
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