De una
Semillita.
La historia
que tiene más de un siglo, cuenta que una princesa agonizaba. En su lecho
de muerte, pidió que su tumba fuese cubierta con una gran piedra de
granito y que alrededor hubiese otras piedras sellando la lápida.
También dio
órdenes de afianzar las piedras con abrazaderas de hierro. A pedido,
suyo, la lápida llevaría escrito: "Esta tumba, comprada para toda la
eternidad, jamás deberá abrirse".
Aparentemente,
durante el entierro se metió en la tumba una bellotita. Al tiempo empezó
a asomarse un brotecito en medio de las piedras. La bellota había podido
absorber suficiente alimento como para crecer.
Después de
varios años de crecimiento, un robusto roble se levantaba entre las
abrazaderas de hierro. El hierro no pudo con el roble y sus raíces lo
rompieron, dejando al descubierto la tumba que nunca debía abrirse. La
nueva vida se abrió camino desde el lecho de muerte con una semillita.
Todos los
días tenemos infinidad de oportunidades para aprovechar un nuevo
comienzo.
Generalmente,
los nuevos comienzos se inician cuando alguna otra cosa termina.
Tal vez no
haya sido accidental que el robusto roble, que es uno de los árboles más
altos y fuertes del mundo, se inicie a partir de una pequeña semillita...Gracias Catalina Vitale por compartir.
Un abrazo.
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