miércoles, 29 de marzo de 2017

~ Fortalezas ~

                                                                                 
Todo ser humano tiene cualidades que lo sostienen, como los pilares de un edificio.
 Son la razón de su éxito y aparecen siempre que son necesarias. 
Pero no significa que no necesitemos de los demás para vivir. 
Las fortalezas de cada uno se complementan con las fortalezas de los otros,
 creando una red armónica donde unos cooperan con los otros. 
Son la energía mayor; al enfocarse en las fortalezas, abrimos puertas
 para destinos cada vez más maravillosos, cerrando las puertas
 para las tormentas que causan tanto daño en nuestras vidas.
Lección aprendida:


Una tarde cuando las estrellas no habían salido y el olor a luna llenaba el aroma del jardín, sentí que una corriente fresca y aromática se apoderaba de mí.

Asombrado miré a todas partes y no pude ver a nadie.

El aliento del anochecer seguía resoplando en mis cabellos mientras flotaban en la brisa de aquel día otoñal.

No sabía que era lo que ello significaba hasta que sentí que una voz dentro de mí me pedía cuentas de mis acciones y de todos mis actos de los pasados años del sin fe vacilante.

Contesté sin aliento y con el corazón palpitando dentro de mi pecho sin poder entender que era ese reclamo que me hacía la noche. Que puedo hacer?

Un pájaro voló junto a un árbol cercano y posándose sobre una de las ramas se dispuso a dejarse caer violentamente sobre una pequeña lombriz que viajaba en busca de su cría.

Sin que aquella pudiera percatarse, el ave agarró con el pico la lombriz y la llevó gozosa hacia un nido que sobre el árbol tenía.

Allí, un pequeño polluelo piaba complacido y ávido mientras se engullía la lombriz con un regocijo indescriptible.

El dolor de unos es el gozo de otros susurró la voz en la brisa.

Luego observé como el ave tomaba a su cría y la levantaba del nido para dejarlo caer en el vacío.

El polluelo, aterrado, aleteó un poco con desespero y cayó en tierra asustado y convulso.

Un gato pasajero corrió hacia el polluelo para capturarlo, en tanto que el ave madre volaba amenazadoramente hacia el gato para espantarlo.

El polluelo tuvo tiempo de alzar el vuelo y comenzando a volar, se remontó a las alturas.

Había aprendido la lección de la vida.

Ese fue el lenguaje de la voz que me hablaba en la conciencia. Comprendí que la vida era una huella para que otro la siga y todo lo que había hecho en mi vida estaba impregnado de la misma historia.

La vida, ave ocasional, buscaba lombrices para mis ansiedades, hasta que en esta noche arrancado de mi nido de quejas y pesadumbres, fui tomado y lanzado al vacío de mis meditaciones donde comprendí que tenía que volar para poder sobrevivir.

Levanté la vista hacia el cielo, las estrellas titilaban gozosas por aquella noche de descubrimientos y embriagado del aroma de la brisa pude ver el lucero vespertino cuando se asomaba en lontananza para dejarme su mensaje de luz y de esperanza.

Nada es inmundo en sí mismo; más para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es
(Romanos 14,14) 
Arriesgar
 El ahora
Simplemente hoy, en este momento, en él ahora es cuando reflexionamos mejor y si le valoramos
mejoraremos nuestro futuro pasado. El maestro perfecto porque mejoramos aprendiendo de lo que cada momento nos trae. Y volvemos a la realidad aprovechando cada instante para continuar luchando y mejorando nuestras vidas y a nosotros mismos como persona. Cada momento nos enseña un nuevo pasado que está por venir porque valoramos más el presente a pesar de extrañar el pasado, ya no hay vuelta atrás, mejoremos cada momento siempre intentando manifestar a través de nuestras acciones y actitudes lo mejor de nosotros.
Besos azules 
Eres un sol, eres el mar, eres
casi un ser fantasmal
no sé si te quiero o te quise
lo importante fue que viví,
disfruté un poco de ese algo
tan especial, que nunca me llegaste
a dar, solamente fingiste,
lo sé, pero tú te sientes bien?
yo no me siento mal,
tomo lo que pienso es verdadero
y que no me puede dañar,

Ahora te miro desde lejos y me
parece que en realidad nunca te conocí,
la limpieza de tu mirada me sedujo,
no eres ese ser del que esperaba rosas
en mi cama, ni besos azules en mis ojos,
es que te pareces a él, pero me confundiste
no me dejaste razonar,

No eres ese ser del que esperaba
besos con sabor a rosas,
abrazos que me hicieran descansar,
que de mi pecho pudo un suspiro
arrancar y besar en cada beso
el alma que es inmortal

Eres un ser muy especial
puedes dar besos azules, con
sabor a rosas o tan frescos
con aroma a dulce de cerezos
pero también te puedes transformar
en un demonio delicioso que
no te puedo dominar.
Autor: Penélope Higuerey
Gracias Rosa Amalia Bac por compartir.
Un abrazo.
 

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