lunes, 17 de julio de 2017

anouar brahem Trio-Astrakan Café - ACEPTO-Miguel de Unamuno

                                                                               
           https://www.youtube.com/watch?v=3uJqcnRK9VA&list=RD3uJqcnRK9VA#t=8   
                                                                               


Acepto” es un texto “altamente simbólico para la humanidad“.
 Este texto nos recuerda severamente
 el contrato social que firmamos cada mañana al despertar y simplemente no hacer nada.
 Algo más que una crítica social, en este breve texto se destacan los hechos resultantes
 de nuestra innegable predilección por la comodidad, la indiferencia y la marginación.
Acepto la competitividad como base de nuestro sistema, aunque soy consciente de que 
este funcionamiento engendra frustración y cólera a la inmensa mayoría de los perdedores.
Acepto que me humillen o me exploten a condición de que se me permita humillar o 
explotar a otro que ocupe un lugar inferior en la pirámide social.
Acepto la exclusión social de los marginados, de los inadaptados, y de los débiles,
 porque considero que la carga que puede asumir la sociedad tiene sus límites.
Acepto remunerar a los bancos para que ellos inviertan mi sueldo a su conveniencia
 y que no me den ningún dividendo de sus gigantescas ganancias 
(ganancias que servirán para atracar a los países pobres, hecho que acepto implícitamente).
 Acepto también que me descuenten una fuerte comisión por prestarme dinero, dinero
 que proviene exclusivamente de los otros clientes.
 Acepto que congelemos o tiremos toneladas de comida para que los cursos bursátiles
 no se derrumben, en vez de ofrecérsela a los necesitados y de permitir a algunos
 centenares de miles de personas no morir de hambre cada año.
 Acepto que sea ilegal poner fin a tu propia vida rápidamente, en cambio tolero que
 se haga lentamente inhalando o ingiriendo sustancias toxicas autorizadas por los gobiernos.
 Acepto que se haga la guerra para así hacer reinar la paz.
 Acepto que en nombre de la paz, el primer gasto de los Estados sea el de defensa. 
Entonces acepto que los conflictos sean creados artificialmente para deshacerse
 del stock de armas y así permitir a la economía mundial seguir avanzando.
 Acepto la hegemonía del petróleo en nuestra economía, aunque es una energía 
muy costosa y contaminante y estoy de acuerdo en impedir todo intento de sustitución 
si se desvelara que hemos descubierto un medio gratuito e ilimitado de producir energía.
 Acepto que sería nuestra perdición.
 Acepto que se condene el asesinato de otro humano, salvo que los gobiernos 
decreten que es un enemigo y me animen a matarlo.
Acepto que se divida la opinión pública creando unos partidos de derecha e izquierda
 que tendrán como pasatiempo la pelea entre ellos haciéndome creer que el sistema
 está avanzando.
 Además acepto toda clase de división posible con tal que esas divisiones me permitan
 focalizar mi cólera hacia los enemigos designados cuando se agiten sus retratos ante mis ojos.
Acepto que el poder de fabricar la opinión publica, antes ostentado por las religiones,
 este hoy en manos de hombres de negocios no elegidos democráticamente 
que son totalmente libres de controlar los Estados, porque estoy convencido
 del buen uso que harán con él.
 Acepto que la idea de la felicidad se reduzca a la comodidad, el amor al sexo
 y la libertad a la satisfacción de todos los deseos, porque es lo que me repite
 la publicidad cada día. Cuanto más infeliz soy más consumo. 
Cumpliré mi papel contribuyendo al buen funcionamiento de nuestra economía.
 Acepto que el valor de una persona sea proporcional a su cuenta bancaria, 
que se aprecie su utilidad en función de su productividad y no de sus cualidades, 
y que sea excluido del sistema si no produce lo suficiente. RICO POBRE
Acepto que se recompense cómodamente a los jugadores de futbol y a los actores
 y mucho menos a los profesores y los médicos encargados de la educación 
y de la salud de las futuras generaciones.
 Acepto que se destierre de la sociedad a las personas mayores cuya experiencia 
podría sernos útil, pues, como somos la civilización mas evolucionada del planeta
 (y sin duda del universo) sabemos que la experiencia ni se comparte ni se transmite.
 Acepto que se me presenten noticias negativas y aterradoras del mundo todos los días,
 para que así pueda apreciar hasta qué punto nuestra situación es normal 
y cuanta suerte tengo de vivir en Occidente. 
Sé que mantener el miedo en nuestros espíritus solo puede ser beneficioso para nosotros.
 Acepto que los industriales, militares y jefes de Estado celebren reuniones
regularmente para, sin consultarnos, tomar decisiones que comprometen 
el porvenir de la vida y del planeta.
 Acepto consumir carne bovina tratada con hormonas sin que explícitamente se me avise.
Acepto que el cultivo de OGM (Organismos Genéticamente Modificados) 
se propague en el mundo entero, permitiendo así a las multinacionales agroalimentarias
 patentar seres vivos, almacenar ganancias considerables y tener bajo su yugo
 a la agricultura mundial
 Acepto que los bancos internacionales presten dinero a los países que quieren armarse
 y combatir, y que así elijan los que harán la guerra y los que no. 
Soy consciente de que es mejor financiar a los dos bandos para estar seguros
 de ganar dinero y prolongar los conflictos el mayor tiempo posible 
con el fin de poder totalmente arrebatar sus recursos si no pueden reembolsar sus préstamos.
Acepto que las multinacionales se abstengan de aplicar los progresos sociales 
de Occidente en los países desfavorecidos.
 Considerando que ya es una suerte para ellos que los hagan trabajar.
 Prefiero que se utilicen las leyes vigentes en estos países que permiten
 hacer trabajar a niños en condiciones inhumanas y precarias.
 En nombre de los derechos humanos y del ciudadano, no tenemos derecho a intervenir.
 Acepto que los laboratorios farmacéuticos y los industriales agroalimentarios 
vendan en los países desfavorecidos productos caducados o utilicen sustancias 
cancerígenas prohibidas en Occidente.
Acepto que el resto del planeta, es decir cuatro mil millones de individuos, 
pueda pensar de otro modo a condición de que no venga a expresar 
sus creencias en nuestra casa, y todavía menos a intentar explicar nuestra
 Historia con sus nociones filosóficas primitivas.
Acepto la idea de que existen solo dos posibilidades en la naturaleza,
 a saber: cazar o ser cazado, y si estamos dotados de una conciencia y de un lenguaje,
 ciertamente no es para escapar de esa dualidad, sino para justificar
 por qué actuamos de ese modo.
 Acepto considerar nuestro pasado como una continuación ininterrumpida 
de conflictos,
 de conspiraciones políticas y de voluntades hegemónicas, pero sé que hoy
 todo esto ya no existe porque estamos en el summum de nuestra evolución, 
y porque las reglas que rigen nuestro mundo son la búsqueda de la felicidad 
y de la libertad para todos los pueblos, como lo oímos sin cesar 
en nuestros discursos políticos.
 Acepto sin discutir y considero como verdades todas las teorías propuestas
 para la explicación de los misterios de nuestros orígenes. 
Y acepto que la naturaleza haya podido dedicar millones de años
 para crear a un ser humano cuyo único pasatiempo es la destrucción de su propia
 especie en unos instantes.
Acepto la búsqueda del beneficio como fin supremo de la Humanidad
 y la acumulación de riqueza como realización de la vida humana.
 Acepto la destrucción de los bosques, la casi desaparición de los peces
 en los ríos y en nuestros océanos.
 Acepto el aumento de la polución industrial y la dispersión de venenos químicos
 y de elementos radiactivos en la naturaleza.
Acepto la utilización de toda clase de aditivos químicos en mi alimentación,
 porque estoy convencido de que si se añaden es porque son útiles e inocuos.
Acepto la guerra económica que actúa con rigor sobre el planeta, 
aunque siento que nos lleva hacia una catástrofe sin precedentes.
Acepto esta situación, y supongo que no puedo hacer nada para cambiarla o mejorarla.
 Acepto ser tratado como ganado porque definitivamente pienso que no valgo más.
 Acepto no plantear ninguna cuestión, cerrar los ojos sobre todo esto
 y no formular ninguna oposición verdadera, porque estoy demasiado 
ocupado por mi vida y mis preocupaciones. Incluso acepto defender
 a muerte este contrato si usted me lo pide.
 Acepto pues, en mi alma y conciencia, y definitivamente, esta matriz triste
 que usted coloca delante de mis ojos para abstenerme de ver la realidad de las cosas.
 Sé que todos ustedes actúan por mi bien y el de todos, y por eso les doy las gracias.
¡PÁSALO, POR FAVOR! NUESTRO SILENCIO ES NUESTRO SUICIDIO
“Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo,
 no procuran la transmisión de esos conocimientos” MIGUEL DE UNAMUNO.
                                                                             
                                      Gracias Aníbal Fernández por compartir.
                                      Un abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario!