No es fácil
cuando la vida pone personas en tu camino que comienzan a formar parte
importante de tu vida y que luego ella misma te los quite.
No es fácil que cuando queramos aferrarnos a
sus brazos, que cuando queramos verlos y demostrarles lo mucho que los amamos,
ya no se encuentren a tu lado.
No es fácil que de un día a otro la distancia
sea aún mayor y que no puedas hacer nada para poder tenerlos nuevamente.
No es fácil que cuando quieras contarles algo, sólo tengas que mirar su foto y resignarte a que por más que le hables no te entenderá.
No es fácil que cuando quieras contarles algo, sólo tengas que mirar su foto y resignarte a que por más que le hables no te entenderá.
No es fácil que alcances tus mayores sueños y
que ellos no estén ahí disfrutándolos contigo.
Porque definitivamente no es fácil querer algo y no tenerlo, querer hablar y no encontrar con quien, querer brotar una lágrima y no exista un paño que la seque, querer sentir un soporte y no tenerlo, querer que alguien se sienta orgulloso de tus éxitos y que esta persona nunca aparezca, querer que alguien te levante del suelo, te dé un abrazo y te diga lo importante que eres en su vida y no encontrarla.
Porque definitivamente no es fácil querer algo y no tenerlo, querer hablar y no encontrar con quien, querer brotar una lágrima y no exista un paño que la seque, querer sentir un soporte y no tenerlo, querer que alguien se sienta orgulloso de tus éxitos y que esta persona nunca aparezca, querer que alguien te levante del suelo, te dé un abrazo y te diga lo importante que eres en su vida y no encontrarla.
Pero nunca te has preguntado ¿por qué tenemos
que pasar por esto?
Sólo mira hacia el cielo y recuerda lo siguiente: Nunca vamos a ser perfectos, tenemos que pasar por diferentes pruebas que definan nuestra valentía para lograr lo que nos proponemos, que definan nuestra calidad humana en querer lo mejor para otras personas, pero sobretodo, que definan nuestro gran amor por la familia.
Sólo mira hacia el cielo y recuerda lo siguiente: Nunca vamos a ser perfectos, tenemos que pasar por diferentes pruebas que definan nuestra valentía para lograr lo que nos proponemos, que definan nuestra calidad humana en querer lo mejor para otras personas, pero sobretodo, que definan nuestro gran amor por la familia.
Si no tienes a la persona que más amas a tu
lado no te deprimas, que simplemente es una prueba de la vida y pasa cuando más
queremos tener a esa persona a nuestro lado.
Nunca le reclames a Dios, porque debes comprender que él te ama y aunque en ocasiones lo dudemos está con nosotros.
Nunca le reclames a Dios, porque debes comprender que él te ama y aunque en ocasiones lo dudemos está con nosotros.
Recuerda que es ley de vida y no podemos hacer
nada más, que luchar para que ese amor por esa persona nunca se esfume y que
esa perseverancia y fe de que algún día estarán unidos nuevamente, esté
siempre.
Y si tienes a esa persona a tu lado, valórala, ámala, respétala y muéstrale lo importante que es en tu vida, porque hoy la tienes, pero mañana no sabes. “Demuéstrale que la quieres hoy, porque no sabes si lo podrás hacer mañana.”
Y si tienes a esa persona a tu lado, valórala, ámala, respétala y muéstrale lo importante que es en tu vida, porque hoy la tienes, pero mañana no sabes. “Demuéstrale que la quieres hoy, porque no sabes si lo podrás hacer mañana.”
a los 18 años de haber partido su Papá al lado del D-S.
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