Darth Vader palidecería frente a la volubilidad de
Jabba the Hutt. Un día eres parte de la banda y al siguiente estás condenado a
muerte (Lucasfilm).
¿El poder corrompe?
Quizá no, pero podría
incapacitarte para ser empático.
Un estudio indica que un mecanismo cerebral hace
que perdamos la capacidad de identificarnos con los demás
Por Susanne Gargiulo
Martes, 21 de octubre de 2014
Martes, 21 de octubre de 2014
Lo más importante
- En una investigación se sugiere que un mecanismo en el cerebro causa que perdamos empatía cuando ganamos poder.
- Los científicos encontraron que las personas con poder tienden a juzgar a otros con base en en rasgos superficiales.
- Los efectos negativos del poder podrían regularse con 'entrenamiento de compasión'
(CNN) — Todos
conocemos la historia. Alguien obtiene un ascenso en el trabajo y de repente
cambia; comienza a olvidar a sus compañeros anteriores o se convierte en un bully.
Resulta
que podríamos estar 'programados' para
eso.
Los
autores de un estudio dicen que un
mecanismo cerebral predeterminado puede causar que perdamos empatía
cuando ganamos poder.
“Esta
investigación es importante porque abre la puerta a examinar lo que el poder
nos hace”, dice uno de los autores del estudio, Sukhvinder Obhien, de la
Universidad Wlifrid Laurier, en Canadá.
“Tenemos
muy poca comprensión de cómo el poder afecta al cerebro, en términos de causas
y consecuencias neurales”.
Específicamente,
en el estudio se mostró que cuando
pones a las personas en un estado donde se sienten más poderosas, su
sensibilidad en relación con otras personas se reduce, incluida su habilidad
para ponerse en los zapatos de otras personas.
“Así
que si alguien es promovido, podrías ver un procesamiento reducido de la gente,
olvido de nombres, o que no conozca a los miembros individuales del personal”,
dice Obhi.
“Ser poderoso podría causar que tu cerebro borre
esos detalles”.
La ciencia
A
principios de la década de 1990 un grupo de científicos que trabajaba con
primates descubrió que sus cerebros reaccionaban de forma similar si tomaban un
objeto y si veían que otro tomaba un objeto.
Cuando
los seres humanos ven a otra persona tomar una manzana o desempeñar cualquier
acción, también se imaginan en su situación. A este proceso se le conoce como
neuronas espejo y está vinculado con nuestros sentimientos de empatía.
Obhi
y su equipo encontraron que los sentimientos de mayor poderío bloquean nuestras
neuronas espejo (y potencialmente nuestra empatía) a través de un mecanismo
predeterminado en nuestros cerebros.
“Las
personas que activan más las neuronas espejo también obtienen mayores puntajes
en la empatía”, dice Liza Aziz-Zadeh, profesora universitaria que estudia la
empatía desde una perspectiva neurocientífica.
Añade
que mientras más similar o relevante sea una persona para ti en rasgo o grupo,
mayor es la empatía. “En relación con este estudio, puede ser que los líderes
simplemente no se ven a sí mismos como similares a los demás”, dice.
Obhi
explica: “El hecho de que las personas poderosas no se identifiquen tanto es
consistente con los estudios en los que se muestra que las personas poderosas
pueden ser más superficiales”.
“Su
sistema está menos interesado en otros, lo que significa que no prestan
atención a la diferencia individual. Esto significa que pueden tender a
estereotipar o categorizar a las personas con base en atributos superficiales”.
¿Una buena excusa para el mal comportamiento?
El
siguiente paso en la investigación de Obhi es si los efectos del poder en las
personas pueden o no ser regulados. Pero especula que, si se les puede recordar
a las personas su interdependencia con otras personas, sería posible.
Aziz-Zadeh
concuerda: “Cosas como el
entrenamiento en compasión pueden hacer una gran diferencia en las respuestas
de empatía”.
William
Gentry, investigador científico en el Centro de Liderazgo Creativo en Estados
Unidos, dice que no solo puedes entrenar a las personas para tener empatía,
sino que vale la pena hacerlo.
Gentry
realizó un estudio en 2011 que involucró a más de 6,000 gerentes de 38 países.
Concluyó que los que tenían mayores puntajes en empatía también tenían mejores
puntajes en desempeño. “Los gerentes
empáticos son más efectivos en su trabajo”, dice, y agrega que la empatía es una de las principales
competencias para el liderazgo efectivo.
“Lo
que encontramos es que cuando las
personas obtienen poder y ascienden, pero no entienden cómo relacionarse, no se
comunican bien, y parecen insensibles, fríos y autoritarios; eso a final de
cuentas descarrilla sus carreras”. También tiene un enorme costo en
tiempo, dinero y moral para las empresas, añade.
Obhi
apunta la utilidad de su investigación: “En términos prácticos, este tipo de
investigación eventualmente puede utilizarse y aplicarse en programas de
entrenamiento como de atención plena o talleres educativos para ejecutivos para
que lidien mejor con el poder”.
El investigador concluye que apenas comenzamos a entender los efectos
del poder. “El poder tiene un efecto
interesante en nuestras neuronas espejo, pero necesitamos muchos experimentos
para entender más (...) Este estudio es uno de los primeros en analizar los
mecanismos cerebrales y el poder. Más allá de eso realmente abre muchas más
preguntas interesantes que respuestas”.
(Por cierto, la imagen inicial, no se
refiere a ningún político, aunque lo parezca)...
Un abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario!