miércoles, 5 de agosto de 2015

HA FALLECIDO EL SENTIDO COMÚN. Q.E.P. D.


   

Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, “Sentido Común”,
 que ha estado entre nosotros durante muchos años. 
 Nadie sabe a ciencia cierta
cuántos años tenía, puesto que
los datos sobre su nacimiento
hace mucho que se han
perdido en los vericuetos
de la burocracia.
Será recordado
por haber sabido cultivar
lecciones tan valiosas
como que hay que trabajar
para poder tener
un techo propio
sobre  la cabeza;
que se necesita  leer
todos los días un poco;
saber por qué los pájaros que madrugan consiguen lombrices, y también por reconocer
la validez de frases tales como “la vida no siempre es justa” y
  “tal vez haya sido yo el culpable”.
Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas
(No gastes más de lo que ganas),
y estrategias parentales confiables
(Los adultos están a cargo, no los niños)
Su salud comenzó  a
deteriorarse rápidamente
cuando se aplicaron reglas
bien intencionadas pero
ineficaces: informes respecto
a un niño de seis años
acusado de abuso sexual
por haber dado un beso a
una compañera de clase; 
adolescentes que debieron irse a otro colegio
por haber denunciado a un compañero distribuidor de droga,
 y una maestra despedida por reprender
a un alumno indisciplinado, sólo hicieron que empeorara su condición.
Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron
 a los maestros, sólo por hacer el trabajo en el que
ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos.
Declinó aún más cuando
las escuelas debieron
requerir  un permiso
de los padres para
administrar una aspirina,
poner protector solar,
o colocar una tirita a un alumno. 
Aunque eso sí,
no podían informar a los padres si
una alumna estaba embarazada
y quería abortar.
Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos
 se convirtieron en material risible,
algunas iglesias en negocios, y
los criminales empezaron a recibir
mejor trato que sus víctimas.
Para Sentido Común
fue un duro golpe que uno
ya no pueda defenderse de
un ladrón en su propia casa,
pero que el ladrón pueda
demandarnos por agresión;
y que si un policía mata a un ladrón,
incluso si éste estaba armado,
sea inmediatamente investigado por exceso
de defensa, cuando no acusado de gatillo fácil. 
Y así, muchísimos casos más
de nuestra vida terrenal.

La muerte de Sentido Común
fue precedida por la de sus padres,
Verdad  y Confianza;   
la de su esposa, Discreción;  
la de su hija, Responsabilidad,
y la de su hijo, Raciocinio .
Le sobreviven sus tres hermanastros: “Conozco Mis Derechos”,
“Otro Tiene la Culpa”, y
“Soy Una Víctima de la Sociedad”.
No hubo mucha gente en su funeral porque muy pocos
 se enteraron de que se había ido. 
Si aún lo recuerdas, reenvía este escrito.
Caso contrario, únete a la mayoría… no hagas nada…
                                                                
               Gracias José Jaime Ronzón Contreras por compartir. Excelente.
              Un abrazo.



     

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