19 de Abril - Día
del Aborigen Americano
En la República
Argentina viven más de 20 Pueblos Indígenas, cada uno con su cultura y modo de
ver la vida que los hace únicos frente a los otros. La valoración de sus modos
de ser y la presencia de esa gran diversidad, ayuda a nuestro presente
aportando su mayor riqueza: sus culturas milenarias. Por ello y basados en el
respeto es que es prioritario construir un país pluriétnico y multicultural.
El Día del Aborigen
Americano se celebra cada año en conmemoración del Congreso Indigenista
Interamericano reunido en México el 19 de abril de 1940, convocado en Patzquaro
(estado de Michoacán) por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, que era
descendiente de aborígenes. Se reunieron entonces por primera vez
representantes de la mayoría de las culturas indígenas de nuestro continente para
analizar su situación y buscar un camino común ante las adversidades que
enfrentaban. Como resultado de la reunión, se fundó el Instituto Indigenista
Interamericano, que tiene su sede en México y depende de la OEA.
Argentina reconoció
esa fecha por medio del decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 7550 del año
1945. Sin embargo, los derechos de los aborígenes argentinos estuvieron lejos
de ser una prioridad de los gobiernos nacionales durante el resto del siglo XX.
Con la reforma constitucional de 1994, esa tendencia pareció comenzar a
cambiar, pues el artículo 75 incluyó entre las responsabilidades del Congreso
Nacional
“Reconocer la
preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar
el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e
intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la
posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y
regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna
de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos.
Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a
los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer
concurrentemente estas atribuciones.”
Más aun, en el año
2000 nuestro país ratificó el Convenio N° 169 de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), de manera que el estado argentino reconoce desde entonces a
los pueblos indígenas, entre otros derechos, su integridad cultural, sus
tierras, sus formas de organización social, económica y política, y el derecho
a mantener sus costumbres. A pesar de todo, los pueblos indígenas,
fundamentalmente los del interior del país, siguen contándose entre los
sectores más postergados de la sociedad argentina.
El Día del Aborigen
Americano pretende cuidar, perpetuar y resaltar el valor de las culturas
aborígenes de América y su aporte fundamental a la identidad de las sociedades
de América. La importancia de la presencia aborigen en la actualidad americana
puede comenzar a comprenderse si se tiene en cuenta que en Guatemala, la
población es casi un 80% aborigen, en Ecuador, un 70%, en Perú los indígenas
son más de la mitad de la población; en Bolivia, el 45% y en México, el 30%. En
Argentina, casi un millón de personas mantienen con vida la cultura indígena en
comunidades organizadas.
La Organización de
las Naciones Unidas (ONU) se hizo eco de la precaria situación de los pueblos
aborígenes, no sólo en América, sino también en el resto del mundo (más de 370
millones de personas conforman estos pueblos en todo el planeta), y el 13 de
septiembre de 2007 aprobó la Declaración Universal sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas, resultado de más de 20 años de debate y presión
internacional de los Pueblos Aborígenes de todo el mundo. El preámbulo de la
Declaración cita textualmente lo siguiente:
La Asamblea
General,
Guiada por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y la buena fe en el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los Estados de conformidad con la Carta,
Guiada por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y la buena fe en el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los Estados de conformidad con la Carta,
Afirmando que los
pueblos indígenas son iguales a todos los demás pueblos y reconociendo al mismo
tiempo el derecho de todos los pueblos a ser diferentes, a considerarse a sí
mismos diferentes y a ser respetados como tales,
Afirmando también
que todos los pueblos contribuyen a la diversidad y riqueza de las
civilizaciones y culturas, que constituyen el patrimonio común de la humanidad,
Afirmando además
que todas las doctrinas, políticas y prácticas basadas en la superioridad de
determinados pueblos o personas o que la propugnan aduciendo razones de origen
nacional o diferencias raciales, religiosas, étnicas o culturales son racistas,
científicamente falsas, jurídicamente inválidas, moralmente condenables y socialmente
injustas,
Reafirmando que, en
el ejercicio de sus derechos, los pueblos indígenas deben estar libres de toda
forma de discriminación,
Preocupada por el
hecho de que los pueblos indígenas hayan sufrido injusticias históricas como
resultado, entre otras cosas, de la colonización y enajenación de sus tierras,
territorios y recursos, lo que les ha impedido ejercer, en particular, su
derecho al desarrollo de conformidad con sus propias necesidades e intereses,
Consciente de la
urgente necesidad de respetar y promover los derechos intrínsecos de los
pueblos indígenas, que derivan de sus estructuras políticas, económicas y
sociales y de sus culturas, de sus tradiciones espirituales, de su historia y
de su filosofía, especialmente los derechos a sus tierras, territorios y
recursos,
Consciente también
de la urgente necesidad de respetar y promover los derechos de los pueblos
indígenas afirmados en tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos con
los Estados,
Celebrando que los
pueblos indígenas se estén organizando para promover su desarrollo político,
económico, social y cultural y para poner fin a todas las formas de
discriminación y opresión dondequiera que ocurran,
Convencida de que
el control por los pueblos indígenas de los acontecimientos que los afecten a
ellos y a sus tierras, territorios y recursos les permitirá mantener y reforzar
sus instituciones, culturas y tradiciones y promover su desarrollo de acuerdo
con sus aspiraciones y necesidades,
Considerando que el
respeto de los conocimientos, las culturas y las prácticas tradicionales
indígenas contribuye al desarrollo sostenible y equitativo y a la ordenación
adecuada del medio ambiente,
Destacando la
contribución de la desmilitarización de las tierras y territorios de los
pueblos indígenas a la paz, el progreso y el desarrollo económicos y sociales,
la comprensión y las relaciones de amistad entre las naciones y los pueblos del
mundo,
Reconociendo en
particular el derecho de las familias y comunidades indígenas a seguir
compartiendo la responsabilidad por la crianza, la formación, la educación y el
bienestar de sus hijos, en observancia de los derechos del niño,
Considerando que
los derechos afirmados en los tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos
entre los Estados y los pueblos indígenas son, en algunas situaciones, asuntos
de preocupación, interés y responsabilidad internacional, y tienen carácter
internacional,
Considerando
también que los tratados, acuerdos y demás arreglos constructivos, y las
relaciones que éstos representan, sirven de base para el fortalecimiento de la
asociación entre los pueblos indígenas y los Estados,
Reconociendo que la
Carta de las Naciones Unidas, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
así como la Declaración y el Programa de Acción de Viena afirman la importancia
fundamental del derecho de todos los pueblos a la libre determinación, en
virtud del cual éstos determinan libremente su condición política y persiguen
libremente su desarrollo económico, social y cultural,
Teniendo presente
que nada de lo contenido en la presente Declaración podrá utilizarse para negar
a ningún pueblo su derecho a la libre determinación, ejercido de conformidad
con el derecho internacional,
Convencida de que
el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en la presente
Declaración fomentará relaciones armoniosas y de cooperación entre los Estados
y los pueblos indígenas, basadas en los principios de la justicia, la
democracia, el respeto de los derechos humanos, la no discriminación y la buena
fe,
Alentando a los
Estados a que cumplan y apliquen eficazmente todas sus obligaciones para con
los pueblos indígenas dimanantes de los instrumentos internacionales, en
particular las relativas a los derechos humanos, en consulta y cooperación con
los pueblos interesados,
Subrayando que
corresponde a las Naciones Unidas desempeñar un papel importante y continuo de
promoción y protección de los derechos de los pueblos indígenas,
Considerando que la
presente Declaración constituye un nuevo paso importante hacia el
reconocimiento, la promoción y la protección de los derechos y las libertades
de los pueblos indígenas y en el desarrollo de actividades pertinentes del
sistema de las Naciones Unidas en esta esfera,
Reconociendo y
reafirmando que las personas indígenas tienen derecho sin discriminación a
todos los derechos humanos reconocidos en el derecho internacional, y que los
pueblos indígenas poseen derechos colectivos que son indispensables para su
existencia, bienestar y desarrollo integral como pueblos,
Reconociendo que la
situación de los pueblos indígenas varía según las regiones y los países y que
se debe tener en cuenta la significación de las particularidades nacionales y
regionales y de las diversas tradiciones históricas y culturales,
Proclama
solemnemente la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas.
Publicado
por José Javier Rodas
La llave para la libertad no está en las armas.
Está en la educación, la cultura, la
investigación...
Aprender fue primero que enseñar.
Aprender fue primero que enseñar.
Enseñar
correctamente es crear condiciones
para producir conocimiento nuevo.
El que
enseña aprende, y también, quien aprende enseña.
Enseñar no
existe sin aprender.
Nuestro conocimiento es incompleto,
inacabado y
debemos aprender permanentemente.
Al reconocer
esto nos volvemos educables.
Lo que nos hace educables no es la educación,
sino reconocer lo inconcluso de nuestro
conocimiento...
La vida es un camino a largo plazo,
La vida es un camino a largo plazo,
en la que tu eres maestro y alumno;
unas veces
te toca enseñar; todos los días te toca aprender...
Extraído de la red.
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