Me llega esta oración que unos atribuyen a nuestro Papa Francisco
y otros dicen que si bien él la ha recomendado no es de autoría.
Lo que menos importa de esto es el autor, sino su utilidad.
Se trata de la oración de los cinco dedos (o "una oración en cada dedo"),
una forma sencilla y práctica de pedir a Dios por todo el mundo.
Creo que es muy práctica para enseñar a orar a nuestros niños,
a los jóvenes y a todo aquel que no tenga mucha práctica de oración diaria.
Así cada dedo de nuestra mano nos recuerda a alguien por quien pedir.
El único "pero" que le pondría, si se le puede poner alguno.
es que es sólo una oración de petición, y también tenemos que aprovechar para dar gracias.
Así que al final de cada petición yo he añadido una pequeña acción de gracias,
por esos mismos que hemos pedido.
Espero nos sea de utilidad.
UNA ORACIÓN EN CADA DEDO
1. El pulgar es el más cercano a ti.
Así que empieza orando por quienes están más cerca de ti.
Son las personas más fáciles de recordar.
Nuestra familia, nuestros amigos, con quienes trabajo o estudio..........
Orar por nuestros seres queridos es "una dulce obligación".
También damos gracias a Dios por ponerlos a nuestro lado.
2. El siguiente dedo es el índice.
Ora por quienes enseñan, instruyen y sanan.
Esto incluye a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes.
Ellos necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás.
Tenlos siempre presentes en tus oraciones.
También damos gracias a Dios por su esfuerzo y su trabajo.
3. El siguiente dedo es el más alto.
Nos recuerda a nuestros líderes.
Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios y los gerentes.
Estas personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública.
Necesitan la guía de Dios.
4. El cuarto dedo es nuestro dedo
anular.
Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil,
como
te lo puede decir cualquier profesor de piano.
Debe recordarnos orar por los
más débiles, con muchos problemas
o postrados por las enfermedades.
Necesitan tus oraciones de día y de noche.
Nunca será demasiado lo que ores por
ellos.
También debe invitarnos a orar por los matrimonios y las familias.
Damos
gracias Dios por su ejemplo, su lucha constante y su valentía.
5. Y por
último está nuestro dedo meñique,
el más pequeño de todos los dedos, que
es como debemos vernos ante Dios y los demás.
Como dice la Biblia "los
últimos serán los primeros".
Tu meñique debe recordarte orar por ti.
Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos verás tus propias necesidades
en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las tuyas.
Doy gracias a
Dios por todo lo que me ha dado, empezando por el don de la vida y de la fe.
Gracias María Cristina Milanesio por compartir.
Un abrazo.
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