Detalle
de un autorretrato de Bouguereau (1879)
en la región Poitou-Charentes. Hijo de Théodore Bouguereau, de origen inglés, y Marie Marguérite Bonnin, Adolphe-William fue el segundo de los cuatro hijos de una familia de orientación calvinista,
sin embargo a la edad de cinco años fue bautizado en la fe católica.
Desde muy temprana edad, demuestra una innata capacidad para el dibujo, aptitud que su tío Eugène,
se encargará de encauzar. Gracias a él, comienza a estudiar pintura de la mano de Louis Sage,
quien había trabajado en el taller de Ingres, y más tarde en la Escuela de Bellas Artes de Burdeos.
Estudia a primera hora de la mañana y por las tardes, mientras el resto del día trabaja en el negocio familiar, dedicado al comercio de vino y aceite. Una vez más gracias a su tío, consigue trasladarse a París en 1846, matriculándose en la escuela de Bellas Artes donde destaca hasta tal punto que en dos ocasiones obtiene el Premio de Roma, en 1848.
En 1850 ganó el Grand Prix de Roma por el cuadro Zenobia descubierta por pastores a orillas del río Araxes.
Ese mismo año se estableció en esta ciudad, en la Villa Medici.
Allí permaneció hasta 1854, aprendiendo de Jean Alaux y Victor Schnetz,
y estudió en profundidad la pintura de Giotto; también le interesaron las obras de varios pintores renacentistas italianos.
William Adolphe Bouguereau
(La Rochelle, 1825-1905) Pintor francés.
Encarnó el modelo de
artista académico tradicional,
ajeno a cualquier aire de renovación e imbuido
por el ideal de belleza clásica,
que llevó a sus lienzos con exquisita técnica
y minucioso acabado, en equilibradas y evocadoras composiciones de temática
idealizada. Junto con Alexandre Cabanel lideró el arte oficial,
gozó de un
notable éxito y popularidad en su época y realizó numerosos encargos para el
gobierno.
Fue discípulo entre 1838 y 1841 de Louis Sage,
que había tenido
como maestro a Jean Auguste Ingres.
En 1841 su familia se trasladó a Burdeos, y
Bouguereau comenzó el año siguiente a asistir a la Escuela Municipal de Dibujo
y Pintura, con Jean-Paul Alaux como profesor.
Ganó un premio en 1844 y decidió
dedicarse profesionalmente a la pintura;
no obstante, no tenía medios de
establecerse en París, de modo que de 1845 a 1846
pintó retratos para
reunirlos. También trabajó, por la noche, como contable para un mercader de
vinos.
Por fin, en 1846 entró en la Escuela de Bellas Artes de París,
en el
estudio de François-Edouard Picot, de estilo claramente académico.
Una de sus
pinturas de entonces fue Igualdad (1848).
En 1850 ganó el Grand Prix de Roma por el cuadro Zenobia
descubierta por pastores a orillas del río Araxes. Ese mismo año se
estableció en esta ciudad, en la Villa Medici. Allí permaneció hasta 1854,
aprendiendo de Jean Alaux y Victor Schnetz, y estudió en profundidad la pintura
de Giotto;
también le interesaron las obras de varios pintores renacentistas
italianos.
De regreso a Francia, exhibió en el Salón de Pintura de París de
1854 El triunfo de la mártir.
Pintado en Roma en 1853, su tema era el
traslado del cuerpo de Santa Cecilia a su sepulcro en la catacumba de su
nombre, y tenía ya todas las características de su pintura:
bocetos iniciales
en óleo, colores moderados, figuras en posturas clásicas.
En 1856 obtuvo un
encargo del gobierno francés para pintar Napoleón III visitando a las
víctimas
de la inundación de Tarascón de 1856. También pintó La danza
(1850),
Amor fraterno (1851), El baile (1856), Primavera
(1858) y El día de Todos los Santos (1859).
En 1859 decoró en parte la capilla de San Luis de la iglesia
parisina de Santa Clotilde:
bajo la dirección de Picot, representó varias
escenas de la vida del rey Luis IX de Francia.
Continuó además enviando cuadros
al Salón de París; el de 1865, Familia indigente,
significó la adopción
de temas populares, aunque siempre idealizados.
En 1867 realizó la decoración
del techo de las capillas de San Pedro y Pablo y de San Juan Bautista
de la
iglesia de San Agustín (París). En 1869 hizo lo propio en el techo de la Sala
de Conciertos del Gran Teatro de Burdeos. Otros cuadros de esta época son Descanso
en Harvest (1865),
El retorno de la primavera (1866), Ofrecimiento
de gracias (1867),
Arte y literatura (1867) y Chica tejiendo
(1869).
Dedicado además a la enseñanza en la Academia Julian de París
desde 1875,
en los años setenta dio a sus pinturas mayor luminosidad (por
ejemplo, en Ninfas y sátiro, de 1873);
en muchos de ellas incluyó
figuras infantiles (Paseo en burro, 1878). De 1881 a 1889 se ocupó
especialmente en la decoración, con escenas de la vida de Cristo,
de la Capilla
de la Virgen en la iglesia de San Vicente de Paúl (París).
Al mismo tiempo
realizó otros cuadros, como Baco joven (1884).
En 1888 fue nombrado
profesor de la École des Beaux-Arts de París,
pero continuó pintando hasta su
muerte. Se dedicó también al retrato (Aristide Boucicart, 1875).
Otras pinturas la década de los setenta fueron El primer beso
(1873), Cupido (1875),
El secreto (1876), Joven con niño
(1877), Regreso de Harvest (1878),
Alma llevada al cielo (1878), Caridad
(1878), Descanso (1879) y El nacimiento de Venus (1879).
De los
años ochenta en adelante pintó Corona de flores (1884), Pastora
(1889),
Pequeña pastora (1891), Invasor del reino de Cupido
(1892), Inocencia (1893),
El rapto de Psique (1895), Joven
pastora (1895), La Virgen con los ángeles (1900),
Joven
sacerdotisa (1902) y La Virgen de las Rosas (1903).
Su considerable obra (más de setecientos cuadros) era
característicamente académica: técnica depurada para los numerosos bocetos
previos, buen acabado (que cuidaba con esmero), colorido variado y temática
narrativa y sentimental desde una perspectiva clásica.
Fue popular en Francia y
en la corte de Napoleón III, pero quedó en cierto modo al margen a causa del
creciente aprecio por nuevos estilos como el impresionismo, al que curiosamente
había vetado para el Salón de París por considerar que a los cuadros de ese
estilo les faltaba acabado.
Ello no impidió que sus telas fueran adquiridas en
gran número por coleccionistas americanos e ingleses. Los estudiosos del arte
actuales lo consideran un pintor decimonónico importante.
Muy trabajador y metódico,
ayudó a muchos pintores jóvenes a continuar con su carrera artística.
Joven
con niño
(1877), de Bouguereau
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