El humor parco, modesto y tímido de Cacho Garay no le impide
reconocer que, en el fondo, él es feliz.
Y es que la felicidad no es ningún
chiste, pero el humor tiene mucho que ver con ella.
De humor, felicidad y,
también, un poco de música va justamente Toy felí,
la
obra con la que el humorista mendocino.
"Estoy feliz. En realidad es así. Cómo no estar feliz de volver a
amanecer, de vivir en un país como el que tenemos, con la gente que tenemos.
Es una bendición, más allá de las cosas que no nos gustan.
Los argentinos somos felices", asegura Garay.
Y agrega: "Obviamente, siempre tiene que haber algo que no nos permite la dicha completa".
Para Garay, la felicidad se traduce a nivel personal en las "cosas simples" de la vida.
"Felicidad para mí es primero despertarme, cuando aparece el sol que sigue saliendo,
eso ya es felicidad.
A partir de ahí llamo a mis hijos y a mi viejita, mi pareja (Verónica Macías,
quien lo acompaña en Toy felí). Eso ya es una parte vital de la felicidad.
Y después, bueno, tenemos salud, trabajo y voluntad para hacerlo. ¿Qué más pedir?".
"El humor y la felicidad van de la mano, son siameses –agrega-.
La felicidad se opaca con la tristeza o con la mala onda, pero si hay humor es como echarle un fertilizante".
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