miércoles, 9 de septiembre de 2015

MARIA SOLEDAD MORALES (PUEDE EL SILENCIO - MERCEDES SOSA) 1972- 1990 a 25 años de su asesinato.

                                                                               
                                                                             
                                         https://www.youtube.com/watch?v=k2JV-ur801c
                                                                               


María Soledad
Quería decirte que tus padres recogieron tu nombre y lo llevaron hasta la victoria como bandera contra la impunidad. Que utilizaron solamente dos armas invencibles con el pueblo en movimiento: las marchas de silencio y los gritos desgarrados pidiendo auxilio y solidaridad.
María Soledad
Quería decirte que don Elías cumple y Ada dignifica. Que tu padre, don Elías, le hizo honor a tu apellido y se convirtió en el guardián de los valores morales de Catamarca. Y que tu madre, fue un Ada madrina de la lucha por la verdad y la justicia que mantuvo siempre en alto sus reclamos de dignidad para el pueblo de Catamarca y de un descanso en paz para vos.
María Soledad
Quería decirte que hoy, que se cumplen 25 años de tu asesinato, vivís eternamente en el corazón de los catamarqueños y de los argentinos porque tu nombre se convirtió en emblema de la caída de la dinastía feudal de los Saadi aunque su familia todavía ande entreverada en el gobierno.
María Soledad.
Todos recordamos que hace dos décadas y media eras un canto la vida. Eras la luz y la esperanza de tu casa. Habías terminado el secundario en el colegio del Carmen y eso no era poca cosa para un hogar humilde como el de los Morales. Ese título era la posibilidad del progreso. De sacar a su familia de los suburbios y la pobreza. Por eso estabas tan feliz en aquella fiesta de egresados. Y fue tu última fiesta. En horas pasaste de esa felicidad al túnel de la muerte. Y tu alma entró en la inmortalidad y en la historia de la Argentina.
María Soledad.
Todos conocimos tu romanticismo ingenuo de chica de 17 años. Tus ganas de escuchar a Valeria Lynch y el Paz Martínez. Tus poemas en letra chiquitita en el cuaderno, tus sueños de jugar en la selección de voley, de ser maestra y madre coraje.
María Soledad.
Si hoy te levantaras de tu tumba en el cementerio Pozo de Mistol y te dieras una vuelta por tu casa te costaría reconocer a tu madre barriendo el patio de tierra en ojotas y con sus batones floreados, con los ruleros del sábado a la tarde y el aroma a pan casero saliendo del horno. Ada Rizzardo de Morales es un Hada protectora que aprendió de golpe a hablar por la tele, a pronunciar discursos, a navegar por complejos lenguajes y expedientes judiciales de 3.200 fojas, a tratar con 12 jueces, 7 comisarios, 285 testigos, a soportar las tres autopsias y a diseñar tácticas con la monja Martha Pelloni, otra mujer emblemática de la lucha por la verdad, la justicia, el castigo y la condena.
María Soledad.
Si te animas a ir a Los Tres Puentes, allí en la ruta 38, donde te humillaron y te mataron los hijos de los apellidos ilustres vas a encontrar un santuario de la religiosidad popular donde la gente peregrina para pedir el milagro de la justicia. Es un monumento a los caídos en la lucha contra los poderosos de ese pueblo chico infierno grande. Yo me conmoví en ese lugar porque está lleno de cartitas donde la gente humilde te llama Santa María Soledad de la Justicia y te veneran como si fueras otra Virgen del Valle, otra patrona de la provincia que no cayó del cielo, que nació de abajo para arriba. El poder de esa virgen violada derrocó a un gobierno autoritario cargado de despotismo, nepotismo y autoritarismo.
María Soledad.
Podes estar muy orgullosa de tus padres. Jamás lucraron con tu martirologio. Consta en actas que la indemnización de 250 mil dólares más el 10% anual que recibieron la donaron completa al hospital Eva Perón. Y que jamás habían visto ni van a ver tanto dinero junto. Siguen viviendo en la casa de toda la vida, con las gallinas en el fondo y la sombra de los paraísos para protegerse del infierno de la siesta.
María Soledad.
Hubo 83 marchas de silencio que hicieron despertar a Catamarca de siglos de silencio. Tantas lágrimas lloradas no fueron en vano. Conmovieron a esa provincia para que Catamarca no siga viviendo en Soledad y para que Soledad no siga muriendo en Catamarca. Ojalá tengan razón aquellos que dicen que algún día volverás y serás millones de jóvenes del interior profundo de la Argentina con una vida menos injusta y menos cruel de la que viven ahora. Hoy decimos ni una menos y hablamos de femicidio. Pero en aquella época no había tanta conciencia y vos la ayudaste a despertar desde el cielo.
María Soledad.
Recién ese día se acallarán los coros de tus compañeros que al final de cada marcha cantaban que no tenemos miedo, que no tendremos miedo nunca más.
Por cien años de Soledad. Por los siglos de los siglos.



  Gracias Enrique Dettoni   por compartir esta realidad que vivimos los argentinos.
Un abrazo.

                      
                




    
                                                    

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