domingo, 7 de agosto de 2016

AMAR A UN SER HUMANO - Texto + video.

                                                                                 


AMAR A UN SER HUMANO (Humberto Maturana)
Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar 
de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras
  y sus defensas, contemplar con ternura
 sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; 
es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive, 
son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta que si genera desdichas
 es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente 
de sentido, que no puede confiar ni en si mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier 
apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como 
una expresión única e irrepetible de la Vida.
Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, 
interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; 
ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, 
en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado;
 es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino,
 aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su verdad interior por si mismo,
 a su manera, apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, 
sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; 
es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearías que fuera; 
es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte
 y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.
Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, 
revelando tu verdad desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, 
tus áreas vulnerables, permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, 
sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos
 y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del privilegio de ser tu mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas 
siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, 
“este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto…
si tú quieres recibirlo”.
Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder
 en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de si mismo duda, 
contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando
 algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su desdicha;
 es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas,
 por la espontánea decisión de responderle libremente.
Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé lo
 que no puede o no desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia
 una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese
 la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.
Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras francas
 y sencillas; es hacerle saber y sentir cuánto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar para que florezca 
la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.
Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios límites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus derechos personales;
 es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas 
en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incómoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio
 sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día 
en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz
 y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.
Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo 
como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada “ser humano”, de la cual tu formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza,
 con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados oscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, 
y por tanto, amar a un ser humano es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso
 de ser una nota en la sinfonía de este mundo.
HUMBERTO MATURANA.
                                         https://www.youtube.com/watch?v=dwUzaxjGqqY
                                                                               
                          Gracias Alejandro Kanessa por compartir.
                          Un abrazo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario!