1
Kilogramo de recuerdos infantiles.
2 Tazas de sonrisas.
2.5 Kilogramos de esperanzas.
100 Gramos de ternura.
5 Latas de cariño.
40 Paquetes de alegría.
1 Pizca de locura.
8 Kilogramos de amor.
5 Kilogramos de paciencia.
MODO DE PREPARACIÓN:
1.- Limpia los recuerdos, quitándoles las
partes que estén echadas
a perder o que no sirvan. Agrégale una a una las
sonrisas, hasta formar una pasta suave y dulce.
2.- Ahora, añade las esperanzas y permite
que repose, hasta que doble su tamaño.
3.- Lava con agua cada uno de los paquetes
de alegría, pártelos
en pequeños pedacitos y mezcla con todo el cariño que
encuentres.
4.- Aparte, incorpora la paciencia, la
pizca de locura y la ternura cernida.
5.- Divide en porciones iguales todo el amor
y cúbrelos con la mezcla anterior.
6.- Hornéalas durante toda tu vida en el
horno de tu corazón.
7.- Disfrútalas siempre con toda tu
familia... con el sabor de lo nuestro.
Consejo: Puedes agregar a la mezcla
anterior dos cucharadas de comprensión y 300 gramos de comunicación para que
esta receta te dure para siempre.
La isla de
los sentimientos
Érase
una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos: la ALEGRÍA, LA
TRISTEZA, y muchos más, incluyendo el AMOR. Un día, se les fue avisado a los
moradores de la isla que se iba a hundir.
Todos los sentimientos se apresuraron a
salir de la isla, se metieron en sus barcos y se prepararon para partir, pero
el AMOR se quedó, porque quería un rato más de la isla a que tanto amaba, antes
de que se hundiese.
Cuando por fin, estaba ya casi ahogado, el
AMOR comenzó a pedir ayuda.
En eso venia la RIQUEZA y el AMOR le dijo:
- RIQUEZA, ¡Ay, ay, llévame contigo!
- No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti.
- RIQUEZA, ¡Ay, ay, llévame contigo!
- No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti.
Él le pidió ayuda a la VANIDAD, que
también venia pasando…
- ¡Ay VANIDAD, por favor ayúdame!
- No te puedo ayudar, AMOR. Tu estas todo mojado y vas a arruinar mi barco nuevo.
- ¡Ay VANIDAD, por favor ayúdame!
- No te puedo ayudar, AMOR. Tu estas todo mojado y vas a arruinar mi barco nuevo.
Entonces el AMOR le pidió ayuda a la
TRISTEZA:
- TRISTEZA, ¿me dejas ir contigo?
- ¡Ay AMOR! Estoy tan triste que prefiero ir sólita...
- TRISTEZA, ¿me dejas ir contigo?
- ¡Ay AMOR! Estoy tan triste que prefiero ir sólita...
También paso la ALEGRÍA, pero ella estaba
tan alegre que ni oyó al AMOR llamar.
Desesperado, el AMOR comenzó a llorar, ahí
fue cuando una voz le llamo:
- Ven AMOR, ¡yo te llevo!. Era un viejito,
pero el AMOR estaba tan feliz que se le olvido preguntarle su nombre. Al llegar
a tierra firme, él le pregunto a la SABIDURÍA.
- SABIDURÍA, ¿Quién era el viejito que me
trajo aquí?
La SABIDURÍA respondió:
- Era el TIEMPO.
- ¿El TIEMPO, pero ¿por qué solo el TIEMPO me quiso traer?
La SABIDURÍA respondió:
Porque solo el TIEMPO es capaz de ayudar y entender a un gran AMOR.
La SABIDURÍA respondió:
- Era el TIEMPO.
- ¿El TIEMPO, pero ¿por qué solo el TIEMPO me quiso traer?
La SABIDURÍA respondió:
Porque solo el TIEMPO es capaz de ayudar y entender a un gran AMOR.
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