Cuando te conviertes en sabio, respetas tu cuerpo, respetas
tu mente, respetas tu alma. Cuando te conviertes en sabio controlas tu vida con
el corazón, no con la cabeza.
Dejas de sabotearte a ti mismo, de sabotear tu felicidad o
tu amor. Dejas de cargar con toda esa culpa y esos reproches; dejas de juzgar a
los demás.
A partir de ese momento, todas las creencias que te hacen
infeliz, que te empujan a pelearte con la vida y que la convierten en algo
difícil, simplemente desaparecen.
Renuncia a todas esas ideas sobre ser lo que no eres y
conviértete en lo que realmente eres.
Cuando te entregas a tu naturaleza, a lo que realmente eres,
entonces, dejas de sufrir. Cuando te entregas a tu verdadero yo, te entregas a
la Vida, te entregas a Dios.
Y una vez que te entregas, ya no hay forcejeo, ya
no hay resistencia, ya no hay sufrimiento.
La Maestría del Amor.
Miguel Ruiz.
Gracias Sidnei Calheiros por compartir.
Un abrazo.