Nunca seremos los
mismos.
Cuando los
rescatistas vuelvan a sus casas con sus corazones llenos de amor,
no serán los mismos porque serán mejores.
Cuando las casas
vuelvan a crecer,
no serán las mismas porque llevaran la memoria
de un nuevo
nacimiento.
Cuando el dolor nos apriete el pulso,
no será
el mismo porque estaremos juntos.
Cuando la ausencia nos duela en el
cuerpo,
no será la misma porque la cuidaremos
en la memoria de nuestras
vidas.
La calle Salta
nunca será la misma, ni Oroño,
ni seis manzanas a la redonda,
porque allí encontramos un territorio común,
una nueva identidad,
un ritual solemne de vida y unidad.
En esa tierra, en ese cielo, en ese riesgo, en
esa pena,
supimos cual era la naturaleza de Rosario,
aprendimos como niños
nuevos,
el valor del equipo, la entrega, la decencia,
fuimos un solo corazón,
una sola esperanza, una fuerza interminable que invade
a la provincia y el
país.
Nunca más seremos
los mismos.
Nos enfrentamos sin piedad a la perdida de los
seres queridos,
la inenarrable desazón de quedarse de pronto sin los amores de
nuestras vidas,
sin los cuerpos entrañables, el techo, el abrigo, la luz y el
sentido,
la casa y el espejo de lo que somos.
Supimos como el
presente estallaba y se llevaba el futuro
y hasta el pasado parecía irse con
las cosas.
Entonces, nos
invade también una gratitud enorme,
triste, pero enorme,
hacia tantas personas
respetuosas, dignas de toda dignidad,
que nos hacen mejores y que no dudaron en
darnos serenidad y ayuda.
En Rosario ya nadie es extranjero, hemos
nacido juntos,
hemos crecidos con los hombres y mujeres de los cuatro puntos
cardinales.
Son nuestros
hermanos, crisol de luminosa solidaridad.
Mañana amanecerá
martes y los martes ya no serán simplemente martes.
Serán nuestro lugar para pensarnos,
recordarnos y soñarnos.
Serán nuestro tiempo de mirarnos a los ojos.
Los martes dirán ” gracias” y las calles
repetirán ” Fuerza Rosario”
y el invierno nos dejará el frío de la tragedia,
pero también la humanidad
y el respeto como fue comunicada por los medios
santafesinos y las imágenes
serán abrazos en el cuerpo, mate cocido caliente,
una lágrima del alma,
transparente y legítima que resplandece porque es de
todos,
que nos cuida porque nos cuidamos
los unos a los otros.
Ninguno de nosotros
amaneceremos iguales porque hay palabra empeñada
y hechos que hacen vibrar las
bases mismas de la vida.
El día después significa seguir minuto a
minuto,
reconstruyendo memoria y esperanza.
Pero jamás seremos
los mismos, estamos juntos, de la mano,
somos un silencio colectivo, un camino,
una manera de ser, el asombro de existir,
las ganas de seguir ayudando porque
se nos extiende la ayuda
como se nos extiende la tristeza.
Nunca más seremos
los mismos
Perdimos mucho
Aprendimos tanto…
La fuerza del conjunto, el valor de la organización y el equipo.
El desinterés del que da.
La ternura del que esta donde lo necesitamos.
Los hechos auténticos que traen certeza y esperanza.
Aprendimos tanto…
La fuerza del conjunto, el valor de la organización y el equipo.
El desinterés del que da.
La ternura del que esta donde lo necesitamos.
Los hechos auténticos que traen certeza y esperanza.
Nunca más seremos
los mismos.
Defenderemos la memoria y seremos fieles a lo sufrido y a lo soñado
Seremos juntos
Seremos otros
Seremos mejores
Seremos " nosotros”
Defenderemos la memoria y seremos fieles a lo sufrido y a lo soñado
Seremos juntos
Seremos otros
Seremos mejores
Seremos " nosotros”
Gracias Liliana Kaminsky por compartir.
Un abrazo
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