Adolescentes
Mayores
Nacemos,
crecemos, conocemos el amor que consideramos…el amor para toda la vida, luego llegan
los brotes de nuestro amor… maravillosos hijos… nuestro hogar esta completo y
reboza de felicidad.
Los hijos
crecen y nos van regalando dulces y esperados nietecitos.
Nos quedamos
solos…pero no tan solos ya que – aunque cada uno haya formado su hogar-
participamos de sus alegrías, damos una manito cuando nos necesitan y
compartimos nuestras y sus vivencias… lo que llamo “LA FAMILIA” con mucho amor,
dulzura, ternura, felicidad.
De pronto
nos damos cuenta que llego el momento del disfrute de la pareja, grandes ya,
pero el amor que nos unió durante tantos años sigue intacto.
La idea es
disfrutar de esa nueva etapa de la vida.
Pero algo
sucede…
El amor tan
preciado por uno no es el mismo que siente el otro y todo se desmorona.
Tristeza, llantos
de uno y mentiras, defraudaciones del otro.
Y llega la
otra etapa de la vida… hay que tomar un determinación la cual- después de mucho
tratar de aunar esa pareja, ese matrimonio que se va destrozando – culmina en
una separación, divorcio.
Y llega el
momento de la soledad…esa soledad que vivimos con una gran experiencia de
alegrías y tristezas. No queremos volver a sufrir y nos decimos: ¡nunca
más…mejor sola/o que mal acompañado/a
Pasa el
tiempo y la soledad nos oprime hasta que nos vamos acostumbrando a ella y
buscamos motivos para hacernos creer que nos sentimos mejor… ¡que estamos
mejor!
El tiempo
pasa y la soledad ya no es el problema pero si la solitud… la soledad de él o
ella- según el caso.
En ese
ínterin ya hemos tomado café con varias personas que nos han presentado o – por
distintos motivos –hemos conocido. Ya nos arde el estómago de tanto café y
nadie nos viene bien.
Entiendo que
es el miedo, la desconfianza, el no desear volver a sufrir el dolor de la
desilusión, de la infidelidad. Realmente es torturante cuando uno ama de
verdad, con alma, corazón, ser y vida
Los días,
meses van pasando y tomamos conciencia de que tenemos más libertad, más
independencia… nos amigamos con la soledad pero… no con la solitud.
De pronto
reflexionamos y entendemos que estamos soñando, anhelando tal cual lo sentíamos
en nuestra adolescencia.
Y sí,
volvemos a ser adolescentes con experiencia. Personas mayores que deseamos que
nos mimen y mimar, que nos amen y amar, que nos besen y besar… deseamos sentir
el calor, el cobijo, el respaldo, la pasión, el orgullo del que nos ame y a
quien amemos.
Deseamos
caminar por la calle- a la vista del mundo- dejando fluir lo que sentimos el
uno por el otro.
Pero…pero
siempre hay un pero y la cama queda grande, las sábanas están frías, nos sobra
una almohada, el desayuno es para uno y...seguimos soñando esperanzados con que
ese hombre o esa mujer – según el caso- llegue a nuestra vida para poder
compartir vivencias que anhelamos, soñamos fervientemente.
¡Sí!, somos
adolescentes mayores… ¡estamos solos y tenemos derecho a vivir sintiendo,
saboreando el amor, la ternura, la pasión y –porque no- el diálogo, la
comprensión, la contención y tanto más…!
Piel,
química ¿dónde estás?
¿Por qué por
ser mayores no podemos disfrutar con la experiencia que – por cierto -no
nos falta y vivir dignamente el amor que tanto deseamos y que no
lastimará a nadie?
¿Vergüenza?…mmm…personalmente
no tengo vergüenza de anhelarlo y se haga realidad…
Vergüenza
deben de tener los que engañan, los que con palabras bonitas, amorosas mienten
para conseguir su objetivo… un momento y si te he visto no me acuerdo…
¡Si! no
tengo dudas…¡somos adolescentes mayores...debido a que no logramos tener lo que
tanto necesitamos, deseamos ,anhelamos para seguir por el camino del vivir…para
sentirnos vivos y viviendo!
La
adolescencia: es una etapa de la vida que se caracteriza por un continuo
crecimiento
Somos
mayores experimentados que queremos seguir creciendo - según mi humilde
entender- pero… ¡no en soledad, no en solitud…!
No dejemos
que la vida nos pase por encima… ¡vivámosla viviéndola con dignidad!
Emociones
del Alma
Lilian B.
Epstein
Derecho de
autor nº 902526
Gracias a Liliana Kaminsky por compartir.
Un abrazo.
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