jueves, 31 de octubre de 2013

Homenaje a la Democracia al Dr. Ricardo Alfonsín"‏ (Más corazón que odio)

                                                                      

NUESTRO RECUERDO Y HOMENAJE
AL DR. RAUL RICARDO ALFONSIN
QUIEN PRESIDIERA LOS DESTINOS DE LA NACION
EN EL COMIENZO DE LOS 25 AÑOS DE DEMOCRACIA.



Cuando le tocó gobernar a Raúl Alfonsín, en la Argentina no pululaban fantasmas del pasado sino que el pasado fantasmal estaba vivo. Tampoco teníamos necesidad de inventar conflictos artificiales, ya que veníamos de enfrentamientos reales que nada indicaba como superados.
Incluso el carácter y las ideas del primer presidente democrático no parecían muy apaciguadores que digamos. Para llegar al gobierno nacional fue con el peronismo tanto o más duro de lo que el peronismo fue con él.

Parecía encarnar la vertiente más “gorilona” del radicalismo, esa que apenas toleró al Ricardo Balbín en su acercamiento al último Perón; esa que proponía volver a la “República perdida” cuando cayó Irigoyen, con el propósito de borrar todo lo que ocurrió después, en particular el peronismo.

Además, el clima por abajo no aparecía mejor. Las multitudinarias juventudes radicales cantaban a viva y desafiante voz: “Perón, Evita, devuélvannos la guita”. Y la respuesta de sus pares peronistas, tampoco nada escasos en número, retrucaba el odio manifiesto de ese cántico con otro de similar estilo: “Somos la rabia”.

No obstante, al poco tiempo nomás se pudo ver que ese hombre enojón y peleador, estaba más dispuesto a sujetarse a la Constitución que levantó como programa de gobierno, que a las sanguíneas pasiones que lo hicieron llegar a la presidencia.

Y así, permitiendo que la democracia fluyera con su propia lógica, Raúl Alfonsín generó en el país de los argentinos  una profundísima revolución cultural, que es la que hoy rescatamos de su memoria. Es porque no queremos perderla nunca más, que hoy nos acordamos de lo mejor de Don Raúl y somos mucho más comprensivos con todo lo que se propuso y no logró hacer, con lo que le faltó y con lo que se equivocó.

Es que cuando el presente se hace urgente, siempre recurre a la historia para que ésta nos enseñe lo mejor de sí misma y para que impida que se repita lo que no debe repetirse jamás.
La revolución cultural que Alfonsín impulsó, contó con varios hitos fundamentales que hoy queremos rememorar.

La democracia de los derechos humanos. El primero y fundamental fue el juicio a los militares y la investigación que produjo el “Nunca más”. Una valiente decisión, indispensable para comenzar a cambiar el país de los pactos corporativos por el de la legalidad. Por eso la política de derechos humanos de Alfonsín fue la imposición de la justicia en contra de la impunidad, pero también en contra de la venganza.
No fue, por ende, el gobierno quien juzgó los crímenes ni por sí ni por interpósita persona, sino que le abrió las puertas enteras a la justicia y a la sociedad para que por arriba funcionaran las instancias del juicio justo y por abajo la universalización de los derechos humanos. Con la aspiración de que un reclamo que al principio fuera de unos pocos, se transformara en un grito de todos.

Nunca se creyó Alfonsín -y jamás lo vendió así- ni el adalid, ni el inventor ni el conductor del juicio a los genocidas, sino que sólo hizo de su gobierno el garante para que la libertad y la justicia, en su pleno devenir, produjeran sus resultados por sí solos.

Fue así que hizo justicia con los derechos humanos, no política ni venganza. Pero lo hizo en un momento en que hacer justicia era más difícil y peligroso que hacer política o vengarse. No fue tibio, sino digno. No fue temerario, sino prudente. No fue cobarde, sino muy valiente pero nunca buscó con su decisión fomentar nuevos odios ni librar las luchas del presente con los viejos odios, sino cerrar las heridas del pasado con justicia y verdad.

La democracia de la paz. El segundo hito fue la paz con Chile, esencial no sólo para mejorar las relaciones con el país hermano sino también para eliminar definitivamente del país y el espíritu de los argentinos todo ánimo belicista. 

 Porque, conviene recordar, los militares en el poder nos llevaron a la guerra con Inglaterra recién luego de varios años previos en los que intentaron -con apoyo también de los militares trasandinos- todos los modos posibles de llevarnos a la guerra con Chile.

Porque, en un caso o en otro, suponían que una guerra externa sería la continuación de la “guerra interna”, que les permitiría eternizarse en el poder o salir de él como héroes.
Alfonsín, con el tratado de paz por el Beagle y el plebiscito correspondiente, no sólo inició una nueva era de integración continental sino que además cerró para siempre más de un siglo de vivir al borde del conflicto entre ambos países.

A partir de su gobierno, toda hipótesis de guerra fue dejada de lado no sólo en las geopolíticas de ambos países, sino también en el espíritu de gobernantes y pueblos argentinos y chilenos. Demostrando que quizá la democracia sola no basta para comer, curar y educar pero sí alcanza, y sobra, para imponer la paz por sobre la guerra.

La democracia renovada. El tercer hito fundamental de su presidencia fue el de producir algo más importante que la renovación de su propio partido político. Porque  Alfonsín promovió -no por iniciativa directa sino por crear el clima propenso para ello- la más importante renovación política del peronismo en toda su historia.

Así, ya desde 1985 el mismo peronismo que había perdido las elecciones en 1983 frente al radicalismo, por mirar más hacia el pasado que el futuro, decidió en un crucial vuelco metodológico y conceptual, no competir más con la “democracia" de Alfonsín sino “robarle” sus banderas. Tarea para lo cual debió producir una democratización interna fenomenal a la cual nunca antes se había sentido motivado (aunque, lamentablemente, tampoco jamás se volvió a sentir motivado luego de Alfonsín).

Así, poco a poco, aquellos que en 1983 aún se consideraban más enemigos que adversarios, comenzaron a sentirse no sólo competidores legítimos sino también aliados cuando las políticas de Estado lo exigieran.

La democracia contra el golpismo. Y la oportunidad del encuentro no tardó en llegar, con lo que podríamos considerar el cuarto hito fundamental de su gestión: Ocurrió cuando las fuerzas del pasado intentaron -como lo habían hecho durante  los cincuenta años anteriores- derribar otra vez al Estado de derecho. 
 Los militares cara pintadas decían pretender meras aspiraciones sectoriales pero lo que querían era lisa y llanamente un golpe. Y porque realmente pretendían un golpe, es que todo el pueblo -de cualquier signo ideológico o de ninguno- se movilizó con todas sus fuerzas en contra del mismo, por todas las calles de la patria. 

 Y recién en ese momento, cuando se derribó la intentona con las plenas armas de la democracia (y aunque luego vendrían un par más de intentonas igual de fallidas), intuimos -quizá de un modo definitivo- que esta democracia había venido para quedarse.

La democracia, siempre. El multitudinario adiós a Alfonsín -se cumple hoy un año- debió haber sido tan extraordinario por la necesidad que los argentinos tenían (y siguen teniendo) de recordar estas cosas. 
 De que la democracia es mejor que la violencia, la banalidad o el odio. Que en democracia hay adversarios pero no enemigos. Que el golpismo y la violación de los derechos humanos fueron dos tragedias demasiado grandes en la Argentina como para utilizarlos livianamente de argumentos para las luchas políticas del presente. Que ambos mortales peligros se los combate con la unidad nacional contra el golpismo y con la universalización de los derechos humanos. Como tan bien supo hacer Don Raúl.

Por Carlos Salvador La Rosa - 
                                                                             
                                           Extraído de la red 
                                                                                 
                                                                                

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario!