Un
orgullo para el país.
A todos nos gustaría felicitarlo..., aclamarlo como a un campeón... Sin embargo, nadie habla de él...
A todos nos gustaría felicitarlo..., aclamarlo como a un campeón... Sin embargo, nadie habla de él...
El nuevo Einstein se llama Juan y tiene apenas 43 años.
Nació en el
barrio porteño de Caballito y hoy está en la tapa de varios diarios del mundo
porque ganó el Yuri Milner que es un premio a las investigaciones sobre física
fundamental que otorga tres millones de dólares.
Escuchó bien... Tres
millones de dólares!!! Un dato para comparar: El premio Nóbel otorga
apenas un millón doscientos mil dólares.
Esto no es todo. A los 30 años, Juan,
recibió en Budapest uno de los mayores reconocimientos que existen en el campo
de la ciencia y fue tapa del New York Times.
Se podría hacer una película
titulada: “Juan, de Caballito a Budapest”. O mejor dicho, a Harvard. Allí en
Harvard, en la cumbre de la excelencia educativa, está trabajando este ex
vecino del barrio porteño de Caballito. Es el profesor vitalicio más joven de
la historia de Harvard.
Juan es la expresión de una historia luminosa que debería hacer inflar de orgullo el pecho a los argentinos. Hay que tomarlo como una forma de superar tanta irracionalidad y odio que a veces siembra la realidad cotidiana.
Juan es la expresión de una historia luminosa que debería hacer inflar de orgullo el pecho a los argentinos. Hay que tomarlo como una forma de superar tanta irracionalidad y odio que a veces siembra la realidad cotidiana.
Una
manera de equilibrar tanta mala nueva. Juan Martín Maldacena,
en estos tiempos
olímpicos,
debería subir al podio más alto y recibir una medalla de oro
gigante.
Maldacena es el creador de una teoría revolucionaria que lo convirtió en el niño mimado de la física moderna y en uno de los científicos más populares del planeta.
Maldacena es el creador de una teoría revolucionaria que lo convirtió en el niño mimado de la física moderna y en uno de los científicos más populares del planeta.
Muchas publicaciones científicas se preguntan si el mundo no está ante
la presencia
de un nuevo Albert Einstein.
Es que precisamente, su gran
descubrimiento tiene que ver con ese emblema universal
del conocimiento que fue
Einstein.
Juan formuló una nueva teoría que explica mejor cómo está formado y
cómo funciona el universo.
Esa
teoría fue bautizada como “La conjetura de Maldacena”.
Mediante este logro,
Maldacena logró unificar teorías que parecían irreconciliables: la teoría de la
relatividad de Einstein y la de la mecánica cuántica.
Un intento de explicar con palabras sencillas su teoría como para que lo entienda gente ajena a la física, pasaría por decir que Maldacena relacionó y unificó la
Un intento de explicar con palabras sencillas su teoría como para que lo entienda gente ajena a la física, pasaría por decir que Maldacena relacionó y unificó la
“Teoría de la Relatividad”, que describe el funcionamiento de
objetos tan grandes como estrellas, galaxias o el propio universo, con la
teoría de la mecánica cuántica que analiza el comportamiento de los mundos
infinitesimales, como los electrones o los Quarks.
Este porteño es profesor en la Escuela de Ciencias Naturales del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, el mismo en el que trabajó y murió Einstein.
Juan es el típico producto de la movilidad social ascendente de una típica familia
Este porteño es profesor en la Escuela de Ciencias Naturales del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, el mismo en el que trabajó y murió Einstein.
Juan es el típico producto de la movilidad social ascendente de una típica familia
de clase media porteña, que hasta no hace mucho podía enviar a su hijo
a la universidad. Luis y Carmen, los padres de Juan, pudieron darle educación
superior también a sus otras dos hijas. Es aquel sueño que Florencio Sánchez
planteaba en “Mi hijo el doctor”.
Esa utopía del progreso, cuyo paradigma fue y
debería ser siempre el que nuestros hijos sean mejores y más felices que
nosotros. Juan estudió dos años en Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos
Aires y después en la meca científica de la física argentina que es el
Instituto Balseiro de Bariloche.
Historias como esta merecen ser contadas porque ayudan a levantar el ánimo de los argentinos ante tanta basura de inseguridad, corrupción y peleas por el poder como hay.
Historias como esta merecen ser contadas porque ayudan a levantar el ánimo de los argentinos ante tanta basura de inseguridad, corrupción y peleas por el poder como hay.
Es una forma de reafirmar que los argentinos aún pueden, como
alguna vez pudieron, algo que se ve reflejado en varios premios Nobel
científicos y otros obtenidos.
Es una expresión de que en la Argentina no todos
son solo futbolistas,
o políticos corruptos, o piqueteros, o delincuentes, o
"la mano de Dios"...
Los argentinos generalmente descollan a nivel
mundial en forma individual,
pero les es muy difícil lograrlo a nivel de grupo
o equipo,
justamente al revés que otras sociedades.
Juan Maldacena tenía 30 años cuando recibió el premio “Javed Husain”,
Juan Maldacena tenía 30 años cuando recibió el premio “Javed Husain”,
en
Hungría, ante 2.000 científicos, cada uno más famoso que el otro.
Los más
importantes centros científicos del mundo lo querían fichar
en sus planteles de
investigadores.
Basta con mencionar su apellido entre los grandes
intelectuales,
y estos saben que se está hablando de un argentino,
y de otra
Argentina muy distinta a la que presentan los medios mundiales cada vez que sus
gobernantes se descuelgan con alguno de sus habituales desaguisados,
a
contramano del resto de del mundo.
La CNN y la revista Time apostaron a él como
futuro líder.
Juan
extraña las montañas de Bariloche que solía escalar,
y nuestra música
folklórica, con guitarra y bombo.
Con sus neuronas Juan supo generar cosas
insólitas.
En una importante convención de estas mentes superiores,
alguien de
la Universidad de Chicago, cambió la letra de “Macarena” por “Maldacena”. ¿Se
acuerda de “Dale alegría a tu cuerpo Macarena”?
Todos se sumaron al coro
de esta canción bastante popular de la historia contemporánea en los Estados
Unidos y que fuera la base de la campaña electoral de Bill Clinton.
"Dale
alegría a tu teoría Maldacena", cantaban en esta oportunidad los
muchachos.
Dale
alegría a la Argentina, Maldacena, deberían cantar los argentinos en estos
tiempos de cólera aunque algún descreído diga: ¡¡ qué va a cantar bien
Maldacena si vivía en Caballito, a la vuelta de mi casa!!
Les dejo un link por si les interesa ¿Cuantos
de estas personas perdemos????,
Feliz estaría que acá en su tierra pudieran
progresar investigando todo.
Pero claro no hay dinero.
http://www.ib.edu.ar/index.php/novedades/ultimas-noticias/282-nuevo-premio-a-juan-martin-maldacena.html
Gracias Solotu por compartir una buena en esta época que nos toca vivir.
Un abrazo.
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