Jamás es tarde…
Jamás es
tarde para aprovechar nuestros minutos presentes.
Basta con
querer, desear y decir: Ahora es el mejor momento.
Conseguir que cada instante de nuestra
vida sume.
Es decir, no paralizarnos con multitud de
absurdas y simples preocupaciones diarias
que restan energía, o en problemas
que etiquetamos de imposible solución,
o en nada que cotidianamente nos impida
comprender que la vida transcurre.
Es imposible saber lo que ocurrirá en los próximos segundos.
¿Qué cosas podrían suceder en un minuto? ABSOLUTAMENTE TODO.
Sesenta segundos BASTAN para perder la vida; para salvarla; abandonar una relación; recuperarla; enriquecerse o arruinarse; terremotos, catástrofes, accidentes, etc.
Pero no olvidemos que un minuto también es suficiente para unir, crear,
Es imposible saber lo que ocurrirá en los próximos segundos.
¿Qué cosas podrían suceder en un minuto? ABSOLUTAMENTE TODO.
Sesenta segundos BASTAN para perder la vida; para salvarla; abandonar una relación; recuperarla; enriquecerse o arruinarse; terremotos, catástrofes, accidentes, etc.
Pero no olvidemos que un minuto también es suficiente para unir, crear,
para
no tener miedo a expresar sentimientos,
para soñar con esperanzas, infundir
expectativas maravillosas en los demás sin importar
“el que dirán”.
La única solución quizá, es hacer las cosas como si las hiciéramos por última vez,
La única solución quizá, es hacer las cosas como si las hiciéramos por última vez,
como si cada minuto fuese un comienzo continuo para establecer cada
día una nueva vida.
Cuando una persona querida desaparece, se disparan nuestras alarmas y pareciera
Cuando una persona querida desaparece, se disparan nuestras alarmas y pareciera
que la
vida, fugaz y efímera, debiera de haber sido aprovechada de la mejor manera
posible.
Y que
disfrutar intensamente de sus minutos y los nuestros fuera lo único realmente
reconfortante.
Parece que decidimos vivir sin pensar objetivamente que nuestra vida tiene fecha de caducidad,
Parece que decidimos vivir sin pensar objetivamente que nuestra vida tiene fecha de caducidad,
en vez de pensar que cuando llega ese punto final, hemos
sido felices por conseguir que cada minuto vivido, fuera una explosión
diaria de energía donde mereció la pena invertir.
Fuente: lavidaesmarevillosa.com
Fuente: lavidaesmarevillosa.com
Gracias Liliana Kaminsky por compartir.
Un abrazo.
Precioso blog!!!!
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