Respuesta que dio Peter Hans Kolvenbach, Prepósito General de los
Jesuitas, cuando le preguntaron que si era feliz....., contestó:
Si, por supuesto, porque para ser feliz se necesitan
muy pocas cosas y de esas cosas, ¡¡¡ poco !!!
Pedro Cavadas(43), el 'doctor milagro' responsable de llevar a cabo
el primer trasplante de cara en España y el octavo en todo el mundo en el
Hospital La Fe en Valencia, no es un trabajador más, como a él le gusta
definirse.
No puede ser normal quien tiene en su haber diagnósticos imposibles,
intervenciones a vida o muerte y soluciones innovadoras, como cuando logró
reimplantar el brazo amputado a un hombre de 63 años tras mantenerlo nueve días
unido a las arterias de una de sus piernas. Su estilo étnico y desenfadado
también resulta poco convencional. El médico valenciano asegura que no le gusta
vestirse con bata, traje o cualquier prenda que se parezca a "un disfraz
de médico".
Pese a sus éxitos, el médico valenciano no se ha dado ningún baño de vanidad.
Al contrario, pues ha
evolucionado desde el lujo y la ostentación a la humildad y el altruismo.
El punto de inflexión fue su descubrimiento de África. Se plantó en Kenia para tantear el terreno, atender a algunos de sus habitantes y volverse a casa sin ser del todo consciente de la cantidad de problemas que había en esos países, según reconoció en una entrevista.
El punto de inflexión fue su descubrimiento de África. Se plantó en Kenia para tantear el terreno, atender a algunos de sus habitantes y volverse a casa sin ser del todo consciente de la cantidad de problemas que había en esos países, según reconoció en una entrevista.
De ese viaje volvió otro Pedro Cavadas. Uno más consciente y comprometido.
La
muerte de uno de sus hermanos en un accidente de tráfico fue la desgracia que
terminó de “abrirle los ojos” y le ayudó a ver más allá de sus cuentas
bancarias. “Nadie ha pagado una entrada más cara por nacer en el hemisferio
Norte”, ha dicho alguna vez el doctor.
A raíz de estos acontecimientos fue incapaz de volver a conducir su Porsche,
A raíz de estos acontecimientos fue incapaz de volver a conducir su Porsche,
ni
ninguno de sus otros vehículos de coleccionista.
Tanto él como el resto de su
familia vendieron sus coches de lujo y se metieron de lleno en un proyecto de
ayuda para África.
De ahí nació la fundación Pedro Cavadas ,
que se nutre económicamente
en un 99 % de las operaciones privadas del doctor
y del estudio de los
arquitectos Virginia y Eduardo Cavadas;
tan sólo el uno por ciento restante
corresponde a donativos.
A pesar de que para Cavadas, licenciado en Medicina en 1989, los reconocimientos son un “masaje de vanidad”, en este caso se convierten en algo positivo,
pues
es lo que le permite no sólo desplegar misiones quirúrgicas en África, sino
también traer grupos de niños enfermos aquí. Los opera y los mete en su propia
casa para seguir su recuperación. Monta verdaderos hospitales de campaña en su
propia vivienda, pues ha llegado a tener hasta 10 niños a la vez con sus
respectivos familiares. Parece ser que su felicidad está en la de reconstruir
por fuera (y por dentro) la vida de los demás. Eso y la satisfacción de tener
dos niñas pequeñas de China que le llenan la vida de "dibujos y
preguntas".
Su última hazaña ha sido el primer trasplante facial español, y el primero en el mundo de mandíbula y lengua, en el que se ha desgañitado por proteger la identidad de su paciente y del donante. Él se mantiene en su intento de ser 'normal', lo que precisamente le convierte en una 'rara avis'.
- Pero ser el primero en realizar un trasplante de cara en España da prestigio
- "Esto no es una carrera. En todo caso, es una carrera entre comunidades autónomas de signos políticos distintos. La medicina es procurar mejorar la calidad de vida de una persona. Y eso no tiene nada que ver con carreritas, a ver quién mea más lejos. La vanidad profesional es un motor muy peligroso. Es como la fisión nuclear. Bien controladita, genera electricidad; pero si fallan los mecanismos de control, catástrofe."
- O sea, no sólo opera en África gratis, sino que además pone usted el dinero
- "Toda la gente se gasta el dinero en lo que más le gusta, en lo que le hace ilusión. Y a mí este proyecto me hace mucha ilusión".
- "Nadie ha pagado una entrada más cara por nacer en el hemisferio Norte"
- "En las zonas duras del planeta, la gente no está de malhumor todo el día. Al revés, lo pasan mal, pero los ratitos en que no lo pasan mal están alegres. Bailan, cantan. ¿Cómo es esto posible? En Occidente lo tenemos casi todo, o eso nos hacen creer,
Su última hazaña ha sido el primer trasplante facial español, y el primero en el mundo de mandíbula y lengua, en el que se ha desgañitado por proteger la identidad de su paciente y del donante. Él se mantiene en su intento de ser 'normal', lo que precisamente le convierte en una 'rara avis'.
- Pero ser el primero en realizar un trasplante de cara en España da prestigio
- "Esto no es una carrera. En todo caso, es una carrera entre comunidades autónomas de signos políticos distintos. La medicina es procurar mejorar la calidad de vida de una persona. Y eso no tiene nada que ver con carreritas, a ver quién mea más lejos. La vanidad profesional es un motor muy peligroso. Es como la fisión nuclear. Bien controladita, genera electricidad; pero si fallan los mecanismos de control, catástrofe."
- O sea, no sólo opera en África gratis, sino que además pone usted el dinero
- "Toda la gente se gasta el dinero en lo que más le gusta, en lo que le hace ilusión. Y a mí este proyecto me hace mucha ilusión".
- "Nadie ha pagado una entrada más cara por nacer en el hemisferio Norte"
- "En las zonas duras del planeta, la gente no está de malhumor todo el día. Al revés, lo pasan mal, pero los ratitos en que no lo pasan mal están alegres. Bailan, cantan. ¿Cómo es esto posible? En Occidente lo tenemos casi todo, o eso nos hacen creer,
y estamos de mala leche todo el tiempo".
"Es la cirugía de las sociedades saciadas.
"Es la cirugía de las sociedades saciadas.
Cuando alguien está saciado,
tiene más comida de la que puede comer,
más música de la que puede oír, más
placer del que puede experimentar,
entonces se empieza a preocupar por la
puntita de la nariz o el Michelin.
Cuando la gente tiene vidas duras, y la mayoría
de la humanidad las tiene, no se preocupa de eso. Y no es tan infeliz. AL
REVÉS".
Gracias Luis Antonio Castro por compartir.
Un abrazo.
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