¡¡¡FELIZ DÍA AMIGA!!!
No puedo darte soluciones a todos los problemas de tu vida,
y tal vez no tenga respuestas para tus dudas o temores,pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites, estaré allí.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tu triunfo y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente si eres feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
y trataré de ayudarte si me lo pides.
No puedo impedir que te alejes de mí.
Pero si puedo desearte lo mejor y esperar a que vuelvas.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debas actuar,
pero sí me gusta verte crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos si una pena te parte el corazón,
pero puedo llorar contigo y ayudarte a ponerte de pie de nuevo.
No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amiga.
En estos días ore por ti...
En estos días me puse a recordar a mis amistades más preciosas.
Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen y me lo demuestran.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea
y la alegría que sienten al verme o cuando me escriben.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo
y cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la serenidad,
en estos días pensé en mis amigos y amigas
y, entre ellos, apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo, ni en el medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final.
Lo que sé es que te destacabas por alguna cualidad
que transmitías y con la cual desde hace algun tiempo
se ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser la primera,
la segunda o la tercera de tu lista.
Basta que me quieras como amiga.
Entonces entenderé que realmente somos amigas.
Hice lo que todo amigo: Ore...
y le agradecí a Dios que me haya dado la oportunidad
de tener una amiga como tú.
Era una oración de gratitud: Tú has agregado valor a mi vida...
Gracias Liliana Kaminsky por compartir.
Un abrazo.
No es necesario que sea hombre, basta
que sea humano, basta que tenga sentimientos, basta que tenga corazón. Se
necesita que sepa hablar y callar, sobre todo que sepa escuchar.
Tiene que gustar de la poesía, de la madrugada, de
los pájaros, del Sol, de la Luna, del canto, de los vientos y de las canciones
de la brisa.
Debe tener amor, un gran amor por alguien, o sentir entonces, la falta de no tener ese amor.
Debe amar al prójimo y respetar el dolor que los peregrinos llevan consigo.
Debe guardar el secreto sin sacrificio.
No es necesario que sea de primera mano ni es imprescindible que sea de segunda mano.
Puede haber sido engañado, pues todos los amigos son engañados. No
es necesario que sea puro, ni que sea totalmente impuro, pero no debe ser vulgar.
Debe tener un ideal, y miedo de perderlo y, en caso de no ser así, debe sentir el gran vacío que esto deja. Tiene que tener resonancias humanas, su principal objetivo debe ser el del amigo.
Debe sentir pena por las personas tristes y comprender el inmenso vacío de los solitarios. Debe gustar de los niños y sentir lástima por los que no pudieron nacer.
Se busca un amigo para gustar de los mismos gustos, que se conmueva cuando es tratado de amigo. Que sepa conversar de cosas simples, de lloviznas y de grandes lluvias y de los recuerdos de la infancia.
Se precisa un amigo para no enloquecer, para contar lo que se vio de bello y de triste durante el día, de los anhelos y de
las realizaciones, de los sueños y de las realidades. Debe gustar de las calles desiertas, de los charcos de agua y los caminos mojados, del borde de la calle, del bosque después de la lluvia, de acostarse en el pasto.
Se precisa un amigo que diga que vale la pena vivir, no porque la vida es bella, sino porque se tiene un amigo. Se necesita un amigo para dejar de llorar.
Para no vivir de cara al pasado, en busca de memorias perdidas, que nos palmee los hombros, sonriendo o llorando, pero que nos llame amigo, para tener la conciencia de que aún se vive.
Vinicius de Moraes
Debe tener amor, un gran amor por alguien, o sentir entonces, la falta de no tener ese amor.
Debe amar al prójimo y respetar el dolor que los peregrinos llevan consigo.
Debe guardar el secreto sin sacrificio.
No es necesario que sea de primera mano ni es imprescindible que sea de segunda mano.
Puede haber sido engañado, pues todos los amigos son engañados. No
es necesario que sea puro, ni que sea totalmente impuro, pero no debe ser vulgar.
Debe tener un ideal, y miedo de perderlo y, en caso de no ser así, debe sentir el gran vacío que esto deja. Tiene que tener resonancias humanas, su principal objetivo debe ser el del amigo.
Debe sentir pena por las personas tristes y comprender el inmenso vacío de los solitarios. Debe gustar de los niños y sentir lástima por los que no pudieron nacer.
Se busca un amigo para gustar de los mismos gustos, que se conmueva cuando es tratado de amigo. Que sepa conversar de cosas simples, de lloviznas y de grandes lluvias y de los recuerdos de la infancia.
Se precisa un amigo para no enloquecer, para contar lo que se vio de bello y de triste durante el día, de los anhelos y de
las realizaciones, de los sueños y de las realidades. Debe gustar de las calles desiertas, de los charcos de agua y los caminos mojados, del borde de la calle, del bosque después de la lluvia, de acostarse en el pasto.
Se precisa un amigo que diga que vale la pena vivir, no porque la vida es bella, sino porque se tiene un amigo. Se necesita un amigo para dejar de llorar.
Para no vivir de cara al pasado, en busca de memorias perdidas, que nos palmee los hombros, sonriendo o llorando, pero que nos llame amigo, para tener la conciencia de que aún se vive.
Vinicius de Moraes
Extraido de la red..
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